PARA VOLVER AL UNDER

Desde la década de los 60, el under porteño se llenó de acontecimientos artísticos nuevos, casi irrepetibles. Y el teatro fue uno de los más impactados, a partir de lo que por entonces se llamó “café-concert”, un eufemismo que tapaba la precariedad de los lugares en donde se celebraban las ceremonias. Se trataba de antros con escasa seguridad, faltos de confort y con cierta elementaridad que era rebasada ampliamente por la dosis de talento que reunían los convocantes.
Tengo mucho para recordar de aquellas épocas, pero puedo hacer ya un apretado video-clip de mi memoria, que reuniría a los locos iniciadores Gasalla-Perciavalle-Díaz, Pinti, Minujin, Guevara, todos los que hoy son inevitables monstruos sagrados del showbizz nacional. Un inevitable recorrido que empezó por entonces y alcanzó su gloria 30 años después con el Parakultural, otra gloria que fue inicio de un cúmulo de brillantes estrellas actuales.
Desde hace 30 años también, La Trastienda reúne lo más de la cultura nacional, unders incluidos. Desde su viejo reducto de Gorriti ayer, y desde San Telmo hoy. Por lo tanto el casamiento del boliche con la gente de los irreverentes de la revista Barcelona, hoy es un nuevo elemento coherente con tanto bizarrismo kitsch junto.
“Mueva la Patria” se llama el show. Tan sencilla y esquemática como cualquier leyenda urbana, esta autodenominada Opera-Cumbia llega para alterar la eterna siesta provinciana nacional.
¿La historia? Un clásico: escenas entre un coro de “garcas” (un general , un obispo, “Amalita” y un estanciero), que comentan musicalmente a un costado del escenario los aspectos favorables y desfavorables (para ellos) mientras transcurre la “historia” argentina protagonizada por un villerito y una chica de clase media de Caballito.
Si leyeron alguna vez la delirada revista Barcelona podrán imaginarse el tratamiento de la historia argentina que la obra merece: pretendidos próceres drogados, marginales y delincuentes de toda laya que luego merecerán su historia re-armada por Billiken.
El resto (grupo actoral, performance general, encuadre final y puesta en escena) es magistral.
Si se animan a verla y logran mantenerse desprendidos de prejuicios, atavismos y furias políticas desenfrenadas, vayan a verla. Esto no es promoción, porque agotan las entradas sin que yo los recomiende, y ellos aseguran que están sólo unos días más. Una lástima.

Arte Espectáculos Política y Economía Sociedad 22:53:00