El señor de la guerra vivia en un lugar polvoriento, solitario, tenebroso , por el entorno donde estaba enclavada su morada, se parecia a un lugar de destierro.El sitio carecia de toda vida humana o animal ,excepto la de él y la de su ayudante, un pequeño niño llamado Joel, de no mas de ocho años.
Joel miraba con asombro como “El Señor” realizaba sus trabajos con maestria, en grandes botellones de vidrio colocaba liquidos de colores brillantes y yuyos de diversos aromas, pasaba sus manos por encima de los recipientes, como haciendo caricias a algun ser amado, aunque él jamas habia recibido una, ni sintio el contacto de otra piel sobre su cuerpo , de los botellones salian humos y aromas , que impregnaban la sala de un olor acido y penetrante, era esa sala, la unica habitación con que contaba aquel lugar, alli vivian los dos, maestro y aprendiz.
Como corriendose un velo, dentro del botellón ,aparecieron ciudades enteras, con sus habitantes y todo lo que tienen las ciudades. Joel miraba asombrado, abria sus ojos desmesuradamente, no creyendo lo que veia, “El señor”, reia con una risa nerviosa, ansiosa, con un movimiento de su mano, un aparato de forma alargada y metalico, comemzo a surcar el aire dentro del recipiente de vidrio, en ese momento Joel sintio algo extraño, sus ojos que un instante atrás se abrian asombrados ante aquella visión mágica, ahora estaban humedecidos por el llanto, “El Señor” reia a carcajadas cuando aquel artefacto impactó contra un edificio, envolviendo al mismo en una bola de fuego, destruyendolo todo, dando por los aires con todo lo que alli habia, se podian escuchar a lo lejos el llanto de mujeres , niños y hombres que no comprendian porque habian sido creados ,si luego iban a ser destruidos.
Con su cara bañada en lagrimas Joel miro a “El Señor” y solo atino a preguntar porqué, otro artefacto comenzó en ese instante su viaje asesino.
Cuando el polvo del ultimo ataque se disipó, de la casa de Joel solo quedaban sus cimientos, la pesadilla de su sueño se habia hecho realidad.
Esto , simplemente es un cuento, por supuesto, no entendi ni jamas entenderé las guerras por ningun motivo, sean religiosos ,politicos o expancionistas, nadie tiene el derecho de quitarme la libertad de transitar por este mundo en forma segura, ni a mi, ni a mis hijos y nietos.
Nadie tiene el derecho de sembrar horror y muerte en el mundo, creo que no son los preceptos vertidos por los sabios en las distintas religiones la de sembrar desolación, sino todo lo contrario.
Pido a los “Señores de las Guerras” de todos los tiempos, un minimo de sentido común y un poco mas de humanidad en sus corazones.
Pienso que todos los Joel del mundo se lo agradeceran.
Que asi sea.
MAD51
Enero 2009
Joel miraba con asombro como “El Señor” realizaba sus trabajos con maestria, en grandes botellones de vidrio colocaba liquidos de colores brillantes y yuyos de diversos aromas, pasaba sus manos por encima de los recipientes, como haciendo caricias a algun ser amado, aunque él jamas habia recibido una, ni sintio el contacto de otra piel sobre su cuerpo , de los botellones salian humos y aromas , que impregnaban la sala de un olor acido y penetrante, era esa sala, la unica habitación con que contaba aquel lugar, alli vivian los dos, maestro y aprendiz.
Como corriendose un velo, dentro del botellón ,aparecieron ciudades enteras, con sus habitantes y todo lo que tienen las ciudades. Joel miraba asombrado, abria sus ojos desmesuradamente, no creyendo lo que veia, “El señor”, reia con una risa nerviosa, ansiosa, con un movimiento de su mano, un aparato de forma alargada y metalico, comemzo a surcar el aire dentro del recipiente de vidrio, en ese momento Joel sintio algo extraño, sus ojos que un instante atrás se abrian asombrados ante aquella visión mágica, ahora estaban humedecidos por el llanto, “El Señor” reia a carcajadas cuando aquel artefacto impactó contra un edificio, envolviendo al mismo en una bola de fuego, destruyendolo todo, dando por los aires con todo lo que alli habia, se podian escuchar a lo lejos el llanto de mujeres , niños y hombres que no comprendian porque habian sido creados ,si luego iban a ser destruidos.
Con su cara bañada en lagrimas Joel miro a “El Señor” y solo atino a preguntar porqué, otro artefacto comenzó en ese instante su viaje asesino.
Cuando el polvo del ultimo ataque se disipó, de la casa de Joel solo quedaban sus cimientos, la pesadilla de su sueño se habia hecho realidad.
Esto , simplemente es un cuento, por supuesto, no entendi ni jamas entenderé las guerras por ningun motivo, sean religiosos ,politicos o expancionistas, nadie tiene el derecho de quitarme la libertad de transitar por este mundo en forma segura, ni a mi, ni a mis hijos y nietos.
Nadie tiene el derecho de sembrar horror y muerte en el mundo, creo que no son los preceptos vertidos por los sabios en las distintas religiones la de sembrar desolación, sino todo lo contrario.
Pido a los “Señores de las Guerras” de todos los tiempos, un minimo de sentido común y un poco mas de humanidad en sus corazones.
Pienso que todos los Joel del mundo se lo agradeceran.
Que asi sea.
MAD51
Enero 2009
Tengo una teoria, yo no podria iniciar una guerra, usted tampoco. Nadie que yo conozca puede provocar un cuceso de esta importancia. Pero sin embargo inciamos pequeñas guerras familiares, discuciones de transito, con nuestros vecinos. En fin, las guerras son consecuencias de gente que simplemente tiene mas resposabilidad que nosotros pero son motivadas por las mismas caracteristicas. El odio, la impotencia, la ignorancia, el dinero, el ego. Espero haber podido explicar mi punto...
ResponderEliminarMuy buena metafora Mad, las guerras siempre han sido generadas por intereses economicos, si a ello le sumamos el fundamentalismo religioso, tendremos el coctel mas explosivo y denigrante de nuestra humanidad, como ocurre hoy en Gaza, cariños.Djuna
ResponderEliminarSi kantauri comprendi lo dicho por vos, simplemente exprese como me siento en estos momentos con todo lo que ocurre en palestina, mucho se ha escrito y me afloro esto que publique hoy, no las acepto bajo ningun concepto.
ResponderEliminarGracias djuna, unos de mis defectos es que escribo sin red como yo lo llamo, en el momento que lo siento lo publico sin borrador previo, a veces sale bien otras no pero son mis sentimientos que es lo importante.
Muy bueno lo que escribiste.
ResponderEliminarLamentablemente la raza humana tiene en lo profundo de si,los deseos de su propia autodestruccion.
A lo largo de la histroai lo hemos visto y lo seguiremos viendo.
Hace poco vi la pelicula con nicolas cage llamada el "señor de la guerra" que en realidad mostraba como es la esencia humana y debido a esa esencia,siempre habra lugar para los mercaderes de la muerte como en esta pelicula.
Solo,los que escribimos,los que de alguna manera esperamos un mundo mejor,tratamos de hacer,atraves de ciertos actos,un mundo mejor para algunos,como lo seria participar como voluntario en una ONG.
Las guerras existen y existiran ,producto de la ambicion humana,producto de la no comunicacion,de intereses,de las rivalidades,tenemos mucho que perder y tambien por ganar,ojala nuestro mundo no fuer asi y pensaramos en los desprotegidos como los hay en todo el mundo,en especial el continente africano.
saludos,aguila59
Estimado Mad, me sumo a tu expresión de deseos...La historia de la humanidad está plagada de guerras y genocidios. Y en todas hay culpables e inocentes, no lo dudes. Si tuviésemos la firme convicción de que somos iguales, blancos, negros, amarillos, judios, católicos, armenios, indues, musulmanes etc Seguramente esas cosas no pasarían o al menos tendríamos la suficiente ecuanimidad como para separar la paja del trigo. Las razas , imperios y religiones parecen turnarse para cometer tropelías. Nadie está libre como para arrojar la primera piedra. Pero no sirve poner en un plano de igualdad a todos los involucrados en la historia...Por que no es así y por que no tendría sentido tener principios ni valores si los del futuro nos van a meter en la misma bolsa que al peor de los humanos. Solo para que esto último no pase, vale la pena involucrarse en el entendimiento de los sucesos. Aun cuando a la única conclusión que nos lleve sea al razonamiento de Camus que estoy leyendo arriba y hago mío " Solo tengo dos certezas, la de ansiedad de absoluto que hay en mi y la imposibilidad de volver el caos de mundo a un orden racional"
ResponderEliminarAbrazo
Uy Mad, mirá que les pedís mucho eh?
ResponderEliminarNo es fácil para un Señor de la guerra bajarse del pedestal para pensar en las necesidades de otros.
Ojalá se pudiera, como en una historia para niños, llenar con amor, esos corazones que aparentemente están vacíos para que puedan ver la magnitud de lo que sus acciones provocan.
Me sumo a tu deseo, y al deseo de todos, para que ya no hayan guerras.
Y lo que dice Kantauri es bien cierto, y creo que, un poco cada uno puede llegar a aportar para disminuir "la cantidad de guerras cotidianas"... Aunque cueste.