No hay forma de atacar al software libre, que está creciendo y haciéndose parte de la vida cotidiana de la gente”, afirmó Franco Giacomella, disertante del Foro Latinoamérica Educa
No sólo es una cuestión ideológico, sino también práctica. El software libre va a ganando terreno a las mega empresas como Microsoft, va perfeccionándose, haciéndose más sencillo de utilizar al tiempo que se va masificando. Inclusive muchos usuarios no saben que usan programas libres como el Open Oficce, Ares o Fire Fox, y otros ya utilizan los dos sistemas, el libre y el privativo, al mismo tiempo. Entre las ventajas del software libre, el hecho de no transmitir virus o hacerlo en una importante medida, es sin un dato importante.
Estos y otros conceptos fueron trabajados en uno de los numerosos interesantes talleres que se dieron entre el jueves y el viernes en el Foro Latinoamérica Educa, y que, en este caso tuvo como coordinador a Franco Giacomella, estudiante de la UBA, con una maestría en España sobre el tema.
El debate comenzó sobre el tema de la propiedad intelectual y el usufructo de la investigación que se origina en las universidades. “Lo pensamos, además, en clave crítica, en el sentido de desarrollar movimientos de circulación de conocimientos, como las comunidades de software libre, las radios independientes…una serie de movimientos cada vez más pujantes que se están estableciendo como medios alternativos, como formas de construcción independientes a los grandes medios, a las grandes corporaciones como, por ejemplo, Microsoft”, afirmó.
Explicó el sofware privativo no sólo en que hay que comprarlo, sino que no se puede saber cómo está hecho, ni compartirlo ni apropiárselo. “Hay una lógica de consumo que se repite en otras formas culturales, donde uno simplemente es receptor, y donde los márgenes son meros consumidores. –explicó- Por eso, lo que estamos planteando es el generar las herramientas técnicas, sustentados en una filosofía política y social que dice que la tecnología debe responder a los usuarios y los usuarios deben poder transformarla y compartirla.”
El movimiento de software libre comenzó hace 25 años, primero entre un grupo de especialistas que buscaba generar un sistema operativo. “A lo largo del tiempo pudimos generar un sistema alternativo totalmente libre. Son cuatro libertades las que permite: usarlo para lo que se quiera, estudiarlo, compartirlo y puedo mejorarlo contribuyendo con esto a la comunidad. Es un software de usuarios para usuarios.”
Consultado sobre la complejidad de esta propuesta, indicó que muchos usuarios de informática usan software libre sin saberlo. “La mayor parte de los servidores de las páginas de internet están construidas con software libre”, afirmó, y puso como ejemplo aplicaciones de escritorio como el Open Oficce, o navegadores como el Fire Fox, entre otros.
Respecto a cómo comenzar a usarlo, Giacomella indicó que “como a lo largo del tiempo se ha ido mejorando, hoy no presenta mayores complicaciones. Uno puede ir pasando a su computadora las aplicaciones libres, ir de a poco. Se recomiendo en un primer momento seguir usando el entorno Windows y descargar aplicaciones de software libres que se pueden usar en esa versión. Una vez que se ha reemplazado todas las herramientas privativas por herramientas libres, se puede instalar el sistema operativo GNU Linux, sin necesidad de borrar Windows, y se pueden usar indistintamente. Y cuando me doy cuenta que paso el 99 % del tiempo usando Linux, elimino Windows y no hay ningún problema, pues hay compatibilidad de archivos.”
Advirtió que más allá del crecimiento del movimiento de software libre el peligro de ser absorbido por la lógica capitalista está latente. “Lo que se ha conseguido hasta ahora seguramente se debe a la forma de organización pues no está centralizado, ni tiene una cara visible, ni una empresa que lo maneje, entonces es muy difícil que una empresa o un estado o alguien pueda destruirlo. El software libre está distribuido en la gente y no hay forma de atacarlo porque no existe un centro. Y no se puede controlar, va mutando en el espacio. Es una de las grandes habilidades organizacionales que caracteriza a los nuevos movimientos, comparado con las viejas formas de organización, propia de los partidos políticos y los estados, que son más verticales.”
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Estos y otros conceptos fueron trabajados en uno de los numerosos interesantes talleres que se dieron entre el jueves y el viernes en el Foro Latinoamérica Educa, y que, en este caso tuvo como coordinador a Franco Giacomella, estudiante de la UBA, con una maestría en España sobre el tema.
El debate comenzó sobre el tema de la propiedad intelectual y el usufructo de la investigación que se origina en las universidades. “Lo pensamos, además, en clave crítica, en el sentido de desarrollar movimientos de circulación de conocimientos, como las comunidades de software libre, las radios independientes…una serie de movimientos cada vez más pujantes que se están estableciendo como medios alternativos, como formas de construcción independientes a los grandes medios, a las grandes corporaciones como, por ejemplo, Microsoft”, afirmó.
Explicó el sofware privativo no sólo en que hay que comprarlo, sino que no se puede saber cómo está hecho, ni compartirlo ni apropiárselo. “Hay una lógica de consumo que se repite en otras formas culturales, donde uno simplemente es receptor, y donde los márgenes son meros consumidores. –explicó- Por eso, lo que estamos planteando es el generar las herramientas técnicas, sustentados en una filosofía política y social que dice que la tecnología debe responder a los usuarios y los usuarios deben poder transformarla y compartirla.”
El movimiento de software libre comenzó hace 25 años, primero entre un grupo de especialistas que buscaba generar un sistema operativo. “A lo largo del tiempo pudimos generar un sistema alternativo totalmente libre. Son cuatro libertades las que permite: usarlo para lo que se quiera, estudiarlo, compartirlo y puedo mejorarlo contribuyendo con esto a la comunidad. Es un software de usuarios para usuarios.”
Consultado sobre la complejidad de esta propuesta, indicó que muchos usuarios de informática usan software libre sin saberlo. “La mayor parte de los servidores de las páginas de internet están construidas con software libre”, afirmó, y puso como ejemplo aplicaciones de escritorio como el Open Oficce, o navegadores como el Fire Fox, entre otros.
Respecto a cómo comenzar a usarlo, Giacomella indicó que “como a lo largo del tiempo se ha ido mejorando, hoy no presenta mayores complicaciones. Uno puede ir pasando a su computadora las aplicaciones libres, ir de a poco. Se recomiendo en un primer momento seguir usando el entorno Windows y descargar aplicaciones de software libres que se pueden usar en esa versión. Una vez que se ha reemplazado todas las herramientas privativas por herramientas libres, se puede instalar el sistema operativo GNU Linux, sin necesidad de borrar Windows, y se pueden usar indistintamente. Y cuando me doy cuenta que paso el 99 % del tiempo usando Linux, elimino Windows y no hay ningún problema, pues hay compatibilidad de archivos.”
Advirtió que más allá del crecimiento del movimiento de software libre el peligro de ser absorbido por la lógica capitalista está latente. “Lo que se ha conseguido hasta ahora seguramente se debe a la forma de organización pues no está centralizado, ni tiene una cara visible, ni una empresa que lo maneje, entonces es muy difícil que una empresa o un estado o alguien pueda destruirlo. El software libre está distribuido en la gente y no hay forma de atacarlo porque no existe un centro. Y no se puede controlar, va mutando en el espacio. Es una de las grandes habilidades organizacionales que caracteriza a los nuevos movimientos, comparado con las viejas formas de organización, propia de los partidos políticos y los estados, que son más verticales.”
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"Solo tengo dos certezas: la de la ansiedad de lo absoluto que hay en mi y la imposibilidad de volver el caos del mundo a un orden racional" Albert Camus