Bruno

Cuando era chico a veces deseaba acurrucarme en un rincón. Los rincones dan esa impresión de protección. Juntar los codos con las rodillas y tomarme la cabeza con las manos. La posición fetal, que le dicen. También dicen que eso obedece a una reminiscencia de un pasado cercano. Y es que no debe haber mayor sensación de seguridad que estar en el vientre de nuestra madre... Pero solo es una sensación, me llevó demasiados años aprender que no hay lugar donde guarecerse. El mundo está lleno de crueldad y es demasiado fácil ingresar en el. Ser víctima o victimario...

No lo sabía hace treinta años atrás, cuando recorríamos con Mónica aquellas calles de Quilmes en búsqueda del consultorio donde interrumpiría su embarazo. Yo venía de una separación que me había dejado por el piso anímica y económicamente. No quería tener aquel hijo, no en ese momento. Era como suplir la presencia de Luciana, mi pequeña (de mi primer matrimonio) con la que ya no podía convivir. Lo sentía como una traición.

Dimos muchas vueltas antes de encontrar el lugar. Y no fuimos capaces de interpretar esa extraña demora como una premonición... Al contrario, respiramos aliviados después de ver que el sitio era algo así como una clínica chica, con tres o cuatro habitaciones, la sala de cirugía y otra de espera. También había un jardín donde poder fumar. Allí abracé fuerte a Moni antes de despedirme y de que quedara internada. La operación tendría lugar al otro día temprano. Estaría a cargo del Dr. Bergés y como instrumentista la misma persona que nos lo había recomendado.
Esa noche apenas pude dormir. Pensaba mucho en Mónica y en su extrema juventud. Me despertaba una inmensa ternura el que estuviese pasando por aquello. Llegué a horario a la clínica pero ya estaban operándola. Fue rápido y... Como me cuesta decir hoy que las cosas "fueron bien"... Bien para todos menos para él...

Después tuvimos seis hijos y pasaron los años...Mi familia se agranda. A mi nieto Lautaro le siguió Atilio y ahora mi hija Bárbara lleva en su vientre a Mia y mi nuera a Thiago... Y con tantos nacimientos y embarazos uno comienza a familiarizarse con las ecografías. Las traen y las pasan por la tele como si fueran videos de vacaciones. Fue así como tomé una conciencia que antes no tenía. Me refiero a ese primer atisbo de vida. Parece mentira que con tan poco tiempo de concepción sean "personitas". Los veo moverse plácidamente y les ponen nombres mucho antes de nacer... Los chicos creen que no soporto verlo por que me impresiona. No saben de mi tristeza y remordimiento...

Con el tiempo me enteré que el tal Dr. Bergés era un famoso represor y torturador. Hoy juzgado y preso. Un asesino... Como yo, a quien nadie juzga.
... Y decidí ponerle Bruno para que tenga un nombre. Para llamarlo de alguna manera cuando nos reecontremos y ya sea un hombre. Cuando lo acaricie hasta lograr el milagro de revivir cada segundo perdido...

flipi.

Sociedad 19:12:00