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viernes, 21 de agosto de 2009

Alternativas... (se va la segunda)

Luego de 8 horas de viaje, bajó en la terminal. Como no sabía si la buscarían o no, decidió desayunar en la confitería de la estación de colectivos.

Con el equipaje a cuestas, se ubicó en una de las mesitas, decidida a disfrutar del poco sol que se colaba por los ventanales del lugar.

- Un café con leche- pidió al mesero. El hombre asintió y se acercó a la barra.De su cartera extrajo el móvil, lo encendió. Cinco llamadas perdidas, indicó la pantalla. Todas del mísmo teléfono. Oprimió el botón de marcado.

- Hola, -comenzó a decir cuando le atendieron.

- ¡Al fin! – dijo una voz que iba alzando el volumen. – ¡La señorita al fin se digna a dar señales de vida! ¿Qué carajos te pasa que apagás el móvil? ¿no sabés que me preocupé por vos? – La voz masculina era cada vez más alta hasta llegar al grito al final de la última frase.

- ¡Ah no!- protestó ella. – Si en el colectivo tenía donde enchufar el móvil para que recargara la batería…- su voz se iba llenando de enojo- ¿querías que le dijera al chofer: “mire don, necesito que pare unas dos horas para recargar mi móvil, porque me van a llamar”? ¡Mirá si serás ridículo!- bufó. – ¿Qué querías?

- ¡Siempre sarcástica!

- Y sí, – respondió Lilí alzándose de hombros con naturalidad,- ¿me vas a decir o cortamos y nos hablamos cuando lleguemos a Puerto Rico?

- Quería saber si tenías como llegar al aeropuerto- le respondieron del otro lado del auricular- pero veo que sí, así que nos veremos en el avión,si yo tengo ganas de verte, claro.

- Me parece perfecto. – y sin despedirse de él colgó.

¡Qué idiota! pensó. Pagó su café, y caminó hacia la salida con su equipaje. Los hermosos rizos castaños se movían al ritmo de sus pasos. Si hubiera usado tacos, se hubiera oído un “tic tic tic tic tic…”.

Llegó a la salida, se subió a un taxi y le indicó hacia dónde iba. Media hora después estaba en el aeropuerto. Había decidido sentarse a leer tranquilamente en una de las tantas salas de espera, cuando sintió que le tocaban el hombro. Se dio vuelta, la respiración se le agitó. Sintió un poco de temor. Con sorpresa descubrió al interlocutor de la llamada en la terminal.

- ¿Qué hacés acá? – le preguntó pasado el susto y recuperado el enojo.

- Fui un pelotudo, perdoname – dijo él ofreciéndole la mano. – Me preocupé porque no contestaste y me enojó que tuvieras el móvil apagado.

- ¿En serio?- dijo ella fastidiada. Lo miró. Sus ojos marrones lo perforaron.

Una parte de ella sintió un poco de ternura, después de todo parecía un niño grandote. Le llevaba una cabeza y media de altura, y era musculoso… Pero la expresión de culpa y penitencia era la misma que veía muchas veces en el trabajo, cuando uno de sus alumnitos se portaba mal.

No pudo evitar una sonrisa, al toparse con la idea del niño grandote.

-Bueno, al fin que no nos vamos a pasar un vuelo largo sentados uno al lado del otro sin dirigirnos la palabra, Franco.- Le tendió la mano sonriendo.

- Y contame, ¿cómo estuvo el viaje? – dijo él aliviado de poder hacer borrón y cuenta nueva.

Una hora más tarde, seguían charlando en la cafetería, riéndose divertidos y comentando la sorpresa que recibirían los amigos en Puerto Rico.

-¡Así los queríamos pescar!- dijo una voz risueña.

- ¡Lucas!- gritó alegremente Lilí. – ¿Venís con nosotros? – Le preguntó soltándolo después del abrazo inicial.

- ¿Vos creés que me lo perdería? ¡nena, se mueren de ganas de verte! Y todos queremos disfrutarte entre nosotros, en la manada, como antes.

Lilí rió. Su risa siempre cristalina hechizaba nuevamente a los dos hombres que estaban a su alrededor.

- Yo no soy parte de una manada ya, -suspiró.

- Pero podés volver a serlo,- respondió Lucas apretándole la mano y mirando significativamente a Franco.

Ella los miró. Seguían pareciendo los mismos adolescentes de siempre…. Despreocupados, altísimos. Uno más lindo que el otro. Uno más “partible” que el otro, hubiera dicho Paulie… Sacudió la cabeza. Devolvió el apretón.

- ¿A qué hora sale el avión? -preguntó…

Lucas y Franco se miraron. Lilí estaba ahí y al mismo tiempo era tan inalcanzable como cuando la conocieron. Lejana y totalmente ajena al mundo de los hombres que atraía.

Franco casi la conquistó un par de veces… Pero se quedó en el casi.

Lucas, sabía que no tenía oportunidad. Pero quería que su amigo si la tuviera.

Llamaron a abordar el avión. Ella estaría cerca… o tal vez a miles de kilómetros de ellos… en el mismo lugar físico.

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3 comentarios:

  1. ahhhh... no vale. Ahora quiero saber como sigue..! jaja.

    no puedo decir lo que pienso porque afectaria el relato de la autora..!! sniffffff................

    es lindo contarse las novelas y comentarlas con las chiquis..!! jaja

    becho.. espero el viaje.
    D.

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  2. Juas!!! Así me gusta, andar capturando la atención!!!
    Ya pronto sabremos más de las aventuras de esta viajera!

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  3. Lyric/Andrea: No me dejes así!!!!
    Yo también quiero saber cómo continúa la historia de Lili...
    Espero la tercera ansiosa!!!!
    Lau.

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"Solo tengo dos certezas: la de la ansiedad de lo absoluto que hay en mi y la imposibilidad de volver el caos del mundo a un orden racional" Albert Camus

Item Reviewed: Alternativas... (se va la segunda) Rating: 5 Reviewed By: Andrea Landella