Los últimos acontecimientos en oriente medio, las últimas muertes de adolescentes, las últimas violaciones, las últimas desapariciones, las últimas peleas, las últimas guerras, y tantos últimos eventos violentos llaman a la reflexión.
Hoy encender la radio, la televisión, abrir un diario o buscar un diario on line, es un acto deprimente.
Vemos matanzas entre dos pueblos vecinos. Leemos sobre depravados que abusan de niños mujeres y ancianos. Escuhamos eruditas discusiones sobre el efecto de la abstinencia de tal o cual droga en un adicto. Nos enteramos, queriendo o no, de explosiones emocionales que acaban en tragedia. Somos testigos mudos de malostratos de humanos entre sí.
Y la pregunta es ¿qué nos impide actuar? ¿por qué no protestamos? ¿por qué nos quedamos callados, escondidos, mirando desde el costadito?
Hace unos días un adolescente apareció muerto. Un flogger. Y me pregunto qué importa si es flogger, si es rollinga, si es emo, si es dark, si es punk, si es normal, cumbiero o villero. Es un adolescente, y no tiene porqué ser víctima de persecusiones o de ningún tipo de violencia. Tiene tato derecho como cualquier otro a explorar sus gustos, sus deseos su mundo.
Si nuestros adolescentes tienen tan poca tolerancia a la diferencia, ¿qué tolerancia puede tener una nación a otra que opina diferente? Si a un chico se lo persigue por verse de tal o cual manera, por oir tal música o por no seguir determinada moda y nadie hace nada para que eso cambie ¿qué mensaje le estamos dando?
¿No le estamos mostrando que esta sociedad no acepta a lo diferente? ¿No le estamos diciendo, o te adaptás o vas a ser un paria? ¿No recibe el mensaje de “hasta tu mente tiene que ser uniformada”?
¿Y eso es normal?
Tal vez, a estas alturas de nuestra sociedad, sea momento de parar un minuto y ponernos a mirar al costado. Empezar a VER en vez de quedarnos con lo que miramos. Comenzar a ESCUCHAR, en lugar de tan sólo oir. Y si lo hacemos, y ponemos atención, tal vez, sólo tal vez, podamos revertir esta naturalización de la violencia. Y podamos decir BASTA.
Y hasta podamos brindarles un mundo mucho más justo a las generaciones venideras.
Comparto tu nota y pienso que la indiferencia y la impotencia frente a la realidad son dos de las cosas que caracterizan a esta época.
ResponderEliminarCada uno, en su vida personal, puede decir basta a algunas cosas y cambiar. Pero cuando se trata de problemas de todos, sociales, parece que siempre ganara la impotencia. La pregunta es ¿qué hacer?
Muy buena nota Andrea!!pero la pregunta que nos achica el corazon y enturbia nuestro razonamiento como dice Alita es que hacer al respecto,,,,un abrazo y buen año!!!AGUILA59
ResponderEliminarQuerida Andre, me gusto mucho tu reflexion...pienso que si nos involucramos, de verdad con el alma, los cambios son posibles, besos
ResponderEliminarAndre:
ResponderEliminarMientras el ser humano siga apartado de la introspección, no habrá cambios.
Mientras se vea a la vida solo como un sistema económico-social, no habrá cambios.
Mientras existan creencias egocéntricas y homocéntricas, no habrá cambios.
Mientras el hombre no se vea como un simple animal entre muchos otros y siga creyendo que es "algo especial", no habrá cambios.
Mientras el dinero siga siendo el centro de origen de todos nuestros actos, no habrá cambios.
Hace falta un verdadero cambio en la forma de pensar de la sociedad, pero los que manejan el centro de opinión social les conviene que todo esto siga así para beneficio propio.
Bife
(estoy atravesando una etapa pesimista)
Alita:
ResponderEliminarYo creo que estamos empezando a hacer algo: "detenernos a pensar en qué hacer". Si bien, puede no ser suficiente, es un comienzo. Y supongo que en algún momento irán surgiendo estrategias a poner en práctica.
Aguila, lo mismo que a Alita, a mi me aprece que ponernos a pensar qué y cómo hacer ya es hacer algo, que tal vez no se vea, pero seguro nos va a llevar a encontrar modos de lograr un mundo menos violento.
Djuna: estoy completamente de acuerdo con eso de involucrarnos con el alma.. Quizás sea haber actuado tanto tiempo sin alma lo que nos dejó medio perdidos en un mundo tan violento ¿no?
Bife:
A pesar de lo doloroso y violento que está este mundo, te respondo con una frase de Quino
"Una pulga no puede picar a la locomotora, pero puede llenar de ronchas al maquinista".
Ahora, lo que unos poquitos comienzan a hacer parece ínfimo, pero con el tiempo, y con tantas ronchas, quizás el maquinista se detenga y empiece a buscar dentro el porqué...¿no?
Besos a todos.
Andrea:El ser humano siempre marca la diferencia cuando tiene voluntad y fe en lo que se propone,,,en relacion a lo que has escrito,simplemente muestra lo que es la naturaleza humana es su mas natural crudeza,,
ResponderEliminarcreo que hay caminos,caminos que no llevaran a detener guerras incomprensibles,caminos que no llevaran a detener la hambruna existente en africa o como detener el ebola en ese continente pero hay caminos aqui nomas,atraves de las entidades de bien publico u ONG que quizas colaborando como voluntario,,uno puede hacer que el que sufre,sufra menos,,,
durante años,quise tener hijos,por causas de la vida,del destino no se me dio y hoy,miro a mis amigos padres recontra preocupados por sus hijos que estan perdidos en una sociedad llena de odio e intolerancia,,,un abrazo,aguila59
Hola Aguila:
ResponderEliminarCiertamente que hay caminos que no llevan a detener las guerras, pero hay otros que sí. Y aunque suene un poco inocente e ingenua, prefiero creer, que habemos muchos, que a lo mejor, y en apariencia, no tenemos el poder (o la sartén por el mango) que buscamos caminos que sí las detengan.
Elijo tener fe en la humanidad, después de todo, y a pesar de algunos desalmados, la vida sigue demostrándome que hay buena gente con ganas de cambiar las cosas. Y creo que eso vale mucho y es un aliciente para seguir buscando el cambio.
Yo trabajo con adolescentes, y gracias a una propuesta de la municipalidad de mi ciudad, vi lo maravillosos que son cuando se ponen a pensar en la sociedad en la que viven. Creo que con chicos como esos, a pesar del mundo en el que vivimos, hay mucha esperanza para el futuro.
Beso.