En la copa de cerveza
que hace las veces de espejo,
hoy reproduce el reflejo
de tu dorada belleza.
Son tus rasgos femeninos,
lo que a mi me enloquece.
Es tu cálida mirada que embellece
mi piel. Son como vinos
añejados con, a miel,
un discreto sabor,
los recuerdos de tu amor
tenaz, fugaz y fiel.
El brebaje del olvido
va eclipsando mi sonrisa,
y esa amarga brisa
que suelta este ladrido,
este grito de palabras
ebrias, sin sentido,
o nostálgicos gemidos
polizontes de las sombras.
Es tu rostro que se esfuma,
copa a copa, de mi mente.
Pisadas, que lentamente,
se van con la amarga espuma.
Es la tibia y espesa bruma,
que cubre mi corazón,
es la niebla en mi razón
y el llanto del bandoneón,
que con lamento perfuma.
Kantauri
Kantauri, imagenes muy logradas, sobre todo el desvanecimiento del rostro y su conversion en un lamento que llega, cariños
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