Filosofando vagamente pienso, tener un lugar (mi lugar) implica ocupar espacio. Un lugar en la fila o aquel que supe cobijar en el aula. Al fondo los rebeldes, adelante los mas aplicados y detrás de la mirada confusa de los maestros y el ingenuo desprecio de los compañeros, estaba mi banco. Completamente tatuado en grafito con poemas cargados de faltas ortográficas y abusando inocentemente de la palabra amor.
Caminamos buscando nuestro lugar en el grupo de amigos, nuestro rol, único e irrepetible. Ese condimento que solo nosotros podemos aportarle a las reuniones. En la pareja, tomamos o cedemos las riendas de la relación, sometemos o somos sometidos, consensuamos o imponemos. Dialogamos, negociamos, callamos, oímos, escuchamos y hasta gritamos. En el grupo de trabajo, asumimos un rol determinado que nos posiciona de una u otra manera ante los pares. A veces somos escalones para que el resto pueda subir, maquiavélicos conspiradores, insulsos subordinados, crueles ambiciosos o auténticos líderes. En definitiva nuestro lugar en la vida…
Pero yo hablo de nuestro lugar físico, aquel que, sin tener papeles, sellos, avales, constancias, escritura sabemos que pertenece a nosotros. Ese lugar que elegimos para llorar, pensar, leer, escribir, caminar, correr. Hoy volví o en realidad, como dice Troilo, siempre estoy llegando. Los cabellos de las palmeras parecen gorros arlequines, ya no entiendo el canto de los pájaros, un largo tiempo ha pasado o quizás hablan una especie de jeringoso para que yo no los comprenda. No cuenta con cancha de fútbol, y los árboles lentamente se fueron distanciando cansados de jugar de “arco”. Lo perros no frecuentan, los niños ya no cortan camino por el medio camino a la escuela y los árboles visten de pocas hojas avaros de sombra. Hoy solo hay desolación, quietud, nostalgia en ruinas de lo que alguna vez fue una plaza vestida de flores, niños jugando, ávidos buscadores de sombra. Refugio de poetas (hoy aguantadero de bandidos), lo siento mío, me inspira, además junto a un viejo rezongón que alimenta las palomas, somos los únicos habitantes de este territorio en donde la única frontera es la imaginación.
Este es “Mi Lugar”, ¿Cuál es el suyo?...
Mi lugar es tan mio y tan dentro... y tan lleno de caminos y puertas y escaleras... que me vivo perdiendo en él.
ResponderEliminarMi lugar es un espacio en el hueco de mi pecho, en la profundidad de un abismo. Sin paredes, sin techo, sin nombre.
Todas las calles son mias y ninguna. Y las ciudades cualquiera y todas. O el mar el rio.
Donde cierre los ojos para soñar... ese es mi lugar.
El más mio...
me diste un squiaffo, que me dejo grogui , me llevaste hasta la placita (avellaneda
ResponderEliminarchivilcoy-bogota-bahia blanca)
Y me quedé pensando... que mi lugar no es un lugar, es un momento, en el momento en que un golpe de aire perfumado, la sensación de electricidad se apodera de mi cuerpo entrando por mis palmas, cuando el ritmo me entra por las plantas de los pies, cuando siento la lluvia besándome la piel, o la luna jugando con mis ojos ahí estoy en mi lugar.
ResponderEliminarMi lugar no es un espacio físico, es un instante intemporal, en el cual todo se detiene y empiezan a sucederse imagenes, olores, sentimientos, emociones, deseos,esperanzas, sabores.
Como no creo demasiado en que conozcamos la real dimension que ocupa nuestro fisico, tampoco creo que haya un lugar...diria que es el mundo, el real y el de los sueños, besos
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