Somos una generación que entró a la computación a los golpes. O mejor dicho: catapultados por los golpes de la vida.
Mucha gente debió doblegarse y sentarse por primera vez frente a un teclado porque, si no, no podría hacer gestiones, o averiguar temas o comunicarse con el prójimo.
Y como todo lo que se hace por obligación, empieza o termina mal. Siempre.
Es decir: no existen manuales que te guíen o te enseñen con claridad, porque cada computadora está configurada distinta y no siempre una tecla bajo determinada circunstancia produce el mismo efecto. Si hacés un curso, está siempre en manos de jóvenes a los cuales les cuesta meterse en la enmarañada mentalidad que tenemos los menos jóvenes y que, tal vez, necesite de refuerzos sólidos para entender lo que se les dice. Y, cuando se pregunta, no siempre se contesta lo que en realidad el alumno quiso preguntar.
Así es como formamos parte de un ejército de gente que utiliza los maravillosos recursos que brinda internet (e-mail, chateo, messenger) pero nunca termina de entender su lógica, su funcionamiento, y –sobre todo- sus limitaciones y los cuidados que hay que tener.
Por ejemplo: cuando respondés un email y furioso tipeás “la idiota de tu hermana” ni te imaginás que la niña pueda terminar leyendo en forma accidental o intencional tal opinión ¿no? Más grave, cuando en tu laburo repetís el error al mencionar a otro idiota: tu jefe.
Es que ¡nos olvidamos que a los escritos no se los lleva el viento! Y –peor- solemos no tener en cuenta el carácter mayormente colectivo que suele guardar todavía la computación hogareña, al ser el servicio compartido por el grupo familiar.
Lo incómodo y comprometido de la acción de compartir, se prolonga en ese botoncito cada vez más común en todo tipo de teléfonos: el “manos libres”. Es que ahora también tus mensajes hablados pueden dejar de ser todo lo confidenciales que vos querrías. Y ni hablar de los diálogos que desgranes frente a tu web-cam, antes de iniciar los cuales deberías preguntarte, tal como deben hacer las estrellas antes de “salir al aire” ¿estoy presentable? ¿la escenografía que me rodea acompaña la imagen que me esfuerzo por dar ante la sociedad? ¿recordé vestirme?!!
Cuando el amante secreto enviaba una carta pasional a su vínculo prohibido, nunca imaginaba que aquel papel fuera siquiera imaginado como existente por su marido. ¡Pero cuántas novelas dramáticas se han fundamentado en el pequeño detalle de que dejaran de ser –por alguna razón- tan secretas!
Cada vez es más común los enfrentamientos frente al contenido de una computadora por parte de auditores, jefes o rectores, maridos, padres o los prodecimientos judiciales que terminan armando las explicaciones de cientos de hechos inentendibles antes de encontrar frente a sí los historiales completos de una correspondencia comprometida.
Por supuesto nadie da bolilla a toda esta sarta de sensateces que expongo. Ahora hasta hay blogs, foros y las mismísimas versiones digitales de los diarios “serios” que te exigen que te identifiques y puedas opinar. Y además de los historiales de tu propia máquina, están los de cada sitio y los famosos “caché” de los buscadores, que permiten guardar los rastros (y reconstruirlos en cualquier momento) de información vieja ya desaparecida.
Para sintetizar: es probable que todo lo que hayas emitido desde que te sentaste por primera vez en un teclado resida todavía en algún lugar. Es sólo cuestión de ponerse a buscarlo.
domingo, 25 de enero de 2009
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UPSSSSSSSSSSS,que macana Carly..los pedalines que me he mandado entonces..........por suerte no mandé todavía a pasear a nadie.........eso lo hago personalmente.......,jajajajaja.......cuanta razón tenés ,por lo menos yo aprendí a los ponchazos......y....sigo sin comprender todo,entonces siempre mis amigos reciben un correo o mje,o llamado para que me socorran......,por suerte tengo muy buenos maestros..........porque obviamente captan mis nulidades........
ResponderEliminarUn abrazo....
Ambar...
AMBAR ¿tus nulidades?
ResponderEliminar!!SI ME PAGAS NO LO CREO!!
PODRAS SER UN MAXIMO DE 40 % CREDULA .
MI MAMA ME EXPLICO , QUE LA NULIDAD DE UNA MUJER , ES AUMENTATIVA EN RAZON DE LA FE (O CONFIANZA) DEPOSITADA EN SU COMPAñERO
Excelente Carly...a la busqueda de la privacidad perdida...alguna vez existio? Lo siento, debo dejarte, olvide ponerme el labial, cariños
ResponderEliminarInternet es una herramienta que, entre otras cosas intenta ofrecernos aquello que nos quita: Privacidad.
ResponderEliminarLos chicos hoy nacen con chips en reemplazo de libros y por qué no neuronas. Es una sociedad de sustitutos.
Y mientras tanto...cuántos valores se han perdido.
Internet fomenta la comunicación, pero sustituye falsamente el cara a cara (insustituible). con lo que al final termina inhibiendo lo mismo que intenta producir.
Internet nos permite ser quien querramos ser, ser nuestro propio sustituto, pero he aquí que no lo sosmos, no somos un nick ni un comentarista. Sin embargo en nuestras podemos mostrar nuestro nombre y hasta nuestro lado más obscuro de la personalidad.
¿Pero acaso podemos ser esos párrafos? ¿Esa ira encarnada en un lenguaje? ¿Esa alegría encastillada en letras sueltas?
Hoy....ser lo que uno escribe está de moda. Somos seres sustitutos!
Patricia Ortemberg