INSOMNIA

Ya era de madrugada y yo aun despierta, lúcida pero no tanto.
Tenía sueño pero no tenía intención alguna de dormir, prefería que el nuevo día formase parte de una extensión del día actual.

Concentrada en mi cansancio oí pasos... Si no hubiese sido porque vivía sola, realmente no me hubiese intrigado.
¿De quién eran esos pasos color humo?

Quise pararme pero mi cansancio no me lo permitió, escuché a lo lejos cómo aquel momento claroscuro invadía mi casa.

Descarté todo tipo de posibilidades, nunca había creído en lo sobrenatural y lo último que hubiese imaginado era que esos sonidos de zapatos viejos provenían de algún rincón de mi mente.
Allí había alguien. Pensé que se trataría de mi espectro, a veces se vuelve un poco independiente.

Eran las 5 de la mañana, para ese entonces los ruidos habían disminuido -o yo ya me había vuelto completamente sorda-.
Sin querer me quedé dormida.....

A las horas abrí los ojos, aun estaba sentada en la silla de mi computadora. Me dolía la espalda pero mayor dolor fue ver las huellas de barro que había por toda mi casa.
¿Acaso caminé sonámbula luego de una caminata por mi jardín en un día mojado? me pregunté.
Y luego de monologar, pensé que ya era hora de salir a la calle. A poco no me habían crecido raíces en mi suelo.

Quise salir, pero no recordaba la salida. Me había quedado encerrada en mi propio hogar. Pensé que las huellas podrían guiarme...y así sucedió.
Abrí la puerta que supuestamente daba al jardín. Ví a unos críos jugar con mi motocicleta y algunas que otras personas tomando sol.
Fui a saludarles, total....ya no sorprendería que mi locura hubiese llegado hasta ese extremo.
Pero no me escucharon ni me vieron, quizás no lo podían hacer.

Intenté pisar fuerte, en una de esas sólo podían escuchar mis pasos.

Patricia Ortemberg

12:25:00