26 / 07 / 2010
Investigacion
Cómo funcionan las sociedades criminales chinas en la Argentina (Parte I)
CRÍMENES POR ENCARGO, CONTRABANDO DE PERSONAS, NARCOTICOS Y EXTORSIÓN
Hace exactamente quince años, quien escribe estas líneas dio una conferencia auspiciada por la Escuela Superior de Guerra Aérea, que tuvo lugar en la sede del Estado Mayor General de la Fuerza Aérea Argentina (FAA).
El evento, reservado en principio a un círculo restringido de invitados, terminó realizándose en el salón principal de actos del “Edificio Cóndor” y contó con la asistencia de numerosos embajadores extranjeros acreditados en nuestro medio, del cuerpo diplomático argentino, como también de jefes y oficiales superiores de las Fuerzas Armadas, de Seguridad, de la Policía Federal y otras instituciones nacionales, provinciales y del exterior.
Debido a la sensibilidad de los temas abordados y a la presencia de diplomáticos extranjeros, no fue permitido el acceso a medios de comunicación, salvo algunos periodistas invitados a título personal.
Si bien su título fue: “Terrorismo Internacional y Terrorismo Emergente; Probable evolución de la Amenaza Terrorista”, este autor consideró conveniente incluir la creciente amenaza de sociedades criminales transnacionales emergentes en la región, que habían comenzado a operar desde hacía tiempo en la República Argentina. Entre ellas, las tríadas, también conocidas popular y erróneamente como “mafia china”, que además registran diferencias substanciales de perfil con las organizaciones criminales italianas, rusas y japonesas.
Días atrás y con motivos de crímenes, atentados y secuestros cometidos contra ciudadanos chinos en la Argentina, han podido observarse errores conceptuales graves dados a periodistas y reproducidos por algunos de estos sobre el origen de estos grupos criminales. Así, se han confundido su estructura organizacional, perfiles y el estereotipo de sus componentes, si los hubiera con carácter inmutable, con aquellos que son propios de mafias como la italiana y la japonesa. También, sus tácticas operacionales, redes de apoyo logístico con que cuentan y otros detalles dignos de consideración en cualquier estudio que se precie de serio.
Son sin dudas vicios del conocimiento y del lenguaje, que se utilizan simplemente porque resultan más fácil de usar y tal vez se piense que también de entender, porque explicarían mucho, aunque la verdad es que significan poco o nada y solamente confunden.
El objeto principal de este documento, tratado con el mayor rigor académico posible, en consecuencia, es aportar antecedentes e información actualizada sobre las organizaciones criminales chinas, estén o no vinculadas a las sociedades secretas conocidas como tríadas.
Las “triadas”, el nombre
Las famosas tríadas no basan su nombre en supuestas tres facetas o dimensiones de sus actividades criminales (como erróneamente se dijo días pasados), sino que este procede del simbolismo milenario de la tradición y la esotería del Lejano Oriente.
Brevemente y como se explicó en un reportaje titulado Mafias Internacionales realizado a este autor por la periodista Muriel Balbi , “tríada” es un vocablo utilizado por hábito, pero que procede del ternario “Cielo, Tierra, Hombre” (o Tien-ti-jen).
El verdadero nombre en chino de las organizaciones secretas conocidas con el nombre de tríadas es “Tien-ti-houei”, cuya traducción es “Sociedad del Cielo y de la Tierra”, según coinciden los principales autores consultados. Se verá que falta la palabra “hombre” en dicho ternario, pero en chino “houei” significa la organización misma y sus miembros, tomados tanto colectiva como individualmente.
Finalmente y en cuanto al nombre completo de las tríadas se refiere, debe destacarse muy especialmente que en la cultura lejano oriental, el concepto de “sociedad” trasciende largamente lo que por ella se entiende en nuestro mundo occidental del presente.
El origen
Otro problema que se presenta al analizar las tríadas es precisar su verdadero origen, ya que a veces se toman como verdades reveladas algunos argumentos surgidos de filmes y series de Hollywood, basados en antiguas leyendas chinas que nada tienen que ver con la génesis de esas sociedades secretas.
A tal confusión se agrega el hecho de que varias producciones cinematográficas sobre las tríadas fueron producidas en Hong Kong, por ejemplo, con fondos provenientes de esas sociedades criminales, que alimentaban los mitos existentes sobre sus falsos orígenes.
Muchas de tales leyendas asocian el origen de las tríadas a antiguos monasterios del Sureste de China (se menciona hasta el hartazgo a los templos shaolín u otros considerados erróneamente como tales) y, aunque esto es históricamente falso, resulta muy probable que los fundadores de esas sociedades secretas hayan encontrado cierta inspiración en las figuras casi míticas de muchos monjes guerreros. Por ejemplo, aquellos 128 monjes (Lo-Han) del monasterio de Fukien, expertos en tácticas guerreras y en Kung-Fu, quienes, a las órdenes del emperador Khang-Shi (1662-¿1725?), repelieron y arrojaron más allá de las fronteras de China a los invasores bárbaros y sin sufrir daño alguno, claro está, según la leyenda.
Fueron esos los mismos épicos monjes que luego encabezaron una famosa rebelión contra la Dinastía Manchú o Qing que había terminado con sus antecesores Ming y que dio lugar al famoso dicho “Destruir a los Qing y restaurar a los Ming”, tomado como propio por las tríadas hasta 1911.
Mitos y realidades de las triadas a través de la historia
¿Cuando nacen o se transforman las tríadas en sociedades secretas (hui), pero además dedicadas a actividades criminales? Según el interrogatorio de algunos criminales detenidos a medios del siglo XVIII fue Lu Mao, un iniciado proveniente de Duxun, China, quien creó una especie de fraternidad compuesta al principio por diez “hermanos” -número que se habría elevado a trescientos treinta y dos-, unidos por un juramento que incluía beber una poción compuesta de vino y cenizas de incienso.
Massimo Introvigne se pregunta cómo una sociedad secreta (aclara que en el sentido simmeliano del término) perdió mucho de su ritualidad en un proceso que duró casi dos siglos, y se redujo finalmente a una asociación de malhechores. Contesta refutando la teoría de que en realidad la Tiandihui ha sido criminalizada por las autoridades Qing, habida cuenta que sus miembros desarrollaron actividades delictivas antes que los funcionarios descubrieran su existencia y su nombre.
Fue entonces cuando comenzó de manera sostenida el proceso de convergencia entre la lógica política basada en la lucha de las tríadas contra la Dinastía Manchú, con la lógica criminal iniciada supuestamente por Lu Mao, cuyo objeto exclusivo era el lucro.
Como conclusión de este apartado y más allá de los relatos legendarios, está históricamente comprobado que las tríadas participaron desde el siglo XVII en las luchas entre los partidarios de la dinastía Qing o Manchú y aquellos de la Ming desplazada por los anteriores, quienes extendieron su reinado desde 1644 hasta 1911.
Los seguidores de la dinastía Ming pertenecían a la etnia Han -abrumadoramente mayoritaria en la China actual, Taiwán y Singapur-; pero más allá de ese marco histórico de referencia, las misteriosas tríadas, que buscaban restaurar en el trono a la dinastía Qing, perdieron definitivamente y al menos desde el punto de vista declamatorio su tan proclamada raison d’etre y, traspasando esa barrera casi infranqueable de mitos y hechos acerca de su verdadero origen, se convirtieron progresivamente en organizaciones criminales de extrema peligrosidad a escala global.
Desarrollo y apogeo triádico en la era contemporánea
En el año 1911 mencionado, triunfó la revolución liderada por el Dr. Sun Yat-Sen (1886-1925), que puso fin al régimen monárquico feudal reinante en China durante más de dos milenios y fundó la República de China.
Habían pasado los tiempos oprobiosos en que Gran Bretaña lideró una guerra de agresión contra China, para obligar al coloso asiático a aceptar el comercio de opio contra el cual se había rebelado. Conflicto por el opio que culminó con el vergonzoso Tratado de Nanjing en el que China perdió una parte de su soberanía. La agresión continuó por parte de Gran Bretaña, esta vez acompañada por EE.UU., Francia, Rusia y Japón, países que impusieron más tratados y más imposiciones.
Un capítulo aparte y demasiado extenso para ser explicado a fondo en el presente trabajo, merecería el papel de las tríadas durante la guerra que enfrentó en China al Ejército Rojo o “Ejército Popular de Liberación” liderado por Mao Tse Tung (o Mao Zedong) con el Partido Nacionalista o “Kuomitang” encabezado por Chiang Kai Shek. Militarmente derrotado, Chiang debió replegarse a la isla de Taiwán, a la que lideró con mano de hierro hasta su muerte en 1975.
Las tríadas tomaron partido en esas épocas de enfrentamiento a favor del “Kuomitang”, partido con el cual mantienen lazos muy profundos en la actualidad, sobre todo en Taiwán. No obstante y a pesar de estar proscriptos, nunca abandonaron sus raíces en la China Continental, ni sus contactos con jerarcas del Partido Comunista (PCC), al punto que en la actualidad mantienen una relación bastante tenebrosa dentro del territorio actual de la República comunista.
A comienzos de 1950 ya operaban en Hong Kong no menos de ocho tríadas de importancia mayor, que habían dividido sus territorios de acuerdo a líneas étnicas y a la ubicación geográfica de cada una de ellas. Según registros policiales ingleses eran Wo, Rung, Tung, Chuen, Shing, Sun Yee On, 14K, y Luen; todas ellas con sus respectivos subgrupos y nombres y actividades de fachada. Lo paradójico es que mientras el régimen maoísta barría oficialmente a las tríadas del territorio continental, estas encontraron refugio y lograron expandir sus actividades en Hong Kong gracias a la complicidad de funcionarios corruptos de la administración colonial británica. Tal situación fue levemente modificada en 1956, como consecuencia de la represión que experimentaron algunas tríadas como resultado de los serios disturbios públicos ocurridos en la colonia.
La Guerra de Vietnam también contribuyó sensiblemente a la expansión del negocio de las tríadas en materia de tráfico de narcóticos ilegales, habiéndose identificado no pocas conexiones con las mafias que controlaban por ese entonces el mercado estadounidense.
La expansión de las tríadas continuó luego del 1º de julio de 1997, cuando Hong Kong quedó oficialmente constituida en una Región Administrativa Especial de la República Popular China donde la membrecía continúa siendo penada, más allá de las conexiones entre sus redes y funcionarios de este país. Pero además, las tríadas de Hong Kong comenzaron a registrar una verdadera colusión con las del territorio continental chino y también aquellas sociedades “hermanas” de Taiwán y Macao.
El comienzo del siglo XXI encuentra a Kong Kong con una veintena de estas sociedades secretas desarrollando diversas actividades criminales.
Con el correr de las décadas las tríadas operan criminalmente en casi todo el mundo, pero muy especialmente en aquellos países que registran importantes comunidades de inmigrantes chinos en las que puedan mimetizarse e, incluso, desarrollar actividades a expensas de estas, comenzando por las extorsivas, consistentes en exigencias de pagos por “protección” a comerciantes. Si estos propietarios no pagan las altas sumas de dinero que les exigen, muchas veces terminan asesinados y/o con la destrucción de sus locales, como ocurre en la Argentina.
Las tríadas propiamente dichas
Como consecuencia de la confusión reinante que tiene como fuente a muchas publicaciones de bajo o nulo nivel académico en las que suelen abrevar no pocos investigadores, suele confundirse con tríadas a una serie de organizaciones criminales asiáticas (v. gr. los “Tongs” u otros), que poco o nada tienen que ver con estas sociedades secretas chinas. Entre otras razones, porque a veces hay grupos criminales que por su estructura organizacional y metodología se les parece. Y otras, porque estos últimos hacen o pretenden hacer creer a terceros que son partes de una tríada o responden a ella.
Luego de muchos años de investigaciones realizadas por el FBI y otras agencias anticriminales, EE.UU. reconoce que hay sociedades criminales chinas no tradicionales que operan fuera de Hong Kong, Macao, Taiwán y la República Popular China, las cuales pueden o no compartir el nombre de una tríada de Hong Kong o Taiwán, pero no están relacionados de otra manera.
También, implícitamente, los resultados catastróficos de su política “liberal” de conceder asilo político a ciudadanos chinos, luego de los incidentes de Tiananmen de 1989, lo cual atrajo una gran cantidad de inmigrantes a los EE.UU. Estos a su vez proliferaron durante las dos décadas siguientes y hasta hoy, facilitando la llegada de familiares y amigos, conjuntamente con volúmenes impresionantes de dólares enviados desde Hong Kong, Taiwán y China.
Tal crecimiento de las comunidades chinas fue acompañado proporcionalmente por el florecimiento de grupos criminales, tríadas o no, que constituyen actualmente un peligro difícil de controlar en los EE.UU.
Las principales tríadas investigadas desde hace más de dos décadas por el FBI son las siguientes: 14K, “Four Seas” (“Cuatro mares”), King Yee, Hung Mun, San Yee On, Wo Hop To, Wo Lee Kwan, Wo On Lok o Shui Fong, Wo Shing Wo, Wo Shing Yee, “United Bamboo” (“Bambú Unido”) y Yee Kwan. Todas ellas con sus respectivas subdivisiones, ritos, reglas, nombres de fachada de los negocios, etc. A este impresionante ejército criminal se suman las otras organizaciones de origen asiático, cuya sola enumeración podría requerir varias páginas.
No menos impresionante es la cantidad de actividades delictivas que desarrolla la criminalidad china en EE.UU., muchas veces asociada con organizaciones como las mafias italiana, rusa, ucraniana y de otras nacionalidades. Entre otros delitos se especializan en extorsión, crímenes por encargo, juego ilegal, contrabando de personas, tráfico de drogas y lavado de dinero. Las investigaciones permitieron poner en descubierto que la tríada San Yee On de Hong Kong era proveedora a grupos criminales chinos en los EE.UU de heroína del Sureste Asiático, tanto a nivel mayorista como minorista.
Lo más importante para estudiosos e investigadores de las fuerzas de seguridad, inteligencia y policiales de cualquier país, es identificar claramente cuál es realmente el perfil del conjunto triádico y el de cada organización blanco en particular. Esto es una condición si se desean formular las mejores estrategias antitríadas para neutralizar sus actividades. Sobre todo, contra aquellas organizaciones criminales que en el presente son consideradas por varios países como una seria amenaza a su seguridad pública, si no a su misma seguridad nacional.
Estructura tradicional de una tríada
Líder de la Sociedad (Shan Chu o “Maestro de la Montaña) 489
Vanguardia (Sin Fung o Asistente de ceremonia) 438
Lugarteniente del Líder (Fushan Chu) 438
Maestro de Incienso (Heung Chu o Maestro de Ceremonia)
Asesor (Pak Tze Sin o “Abanico de Papel Blanco”) 426
Luchador (Hung Kwan o “Polo Rojo”) 426
Oficial de Enlace (Cho Ha o “Sandalia de paja”) 432
Miembro Ordinario 49
Miembro Temporario (Lam Tang Lung o Linterna Colgante Azul)
Estructura simplificada de una tríada actual
Presidente (Cho Kwun)
Tesorero (Cha So
Oficial de Relaciones Públicas (Kau Chai)
Líder de Grupo
Miembro Ordinario
Miembro Temporario (Lam Tang Lung o Linterna Colgante Azul)
El lector observará una serie de números que acompañan las diferentes jerarquías y funciones. La numerología es para los chinos una verdadera ciencia, cuyo significado y alcance resulta imposible abordar en este trabajo. No obstante, nótese que todos los números comienzan con 4, que significan cuatro elementos, cuatro puntos de compás y cuatro mares, por ejemplo. La escala es bastante particular: 489, 438, 415, 426, 432 y 49 y cada número está asociado al rol que desempeña un individuo en especial dentro de su respectiva tríada, desde el “Cabeza de Dragón” (489) hasta el miembro ordinario (49), pasando por el “Sandalia de Paja” (432) y cada una de las jerarquías y funciones mencionadas.
Uno de los aspectos más importante a destacar sobre las tríadas chinas, son las diferencias que las separan de las organizaciones mafiosas italianas y a la jacuza japonesa. Dichas diferencias se contrastarán en la segunda parte de este trabajo.
Horacio Calderón
Analista Internacional
Experto en
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"Solo tengo dos certezas: la de la ansiedad de lo absoluto que hay en mi y la imposibilidad de volver el caos del mundo a un orden racional" Albert Camus