¡¡¡Insólito!!!

Es así, me siguen gustando los pendex. Pero al cosota que tengo al lado lo amo. ¿Qué hacer? Ya van varias mañanas que pasa ésto: Me levanto, y oigo sus pasos detrás mío; me doy vuelta y… ¿qué veo?: a mi amor con toda su artillería lista para atacar. Su armamento fálico parecía mirarme con su único ojo (tipo cíclope), y decirme:

-¡Vamos querida, en algún lado tengo que meterme!

Tenía la sensación de que me guiñaba ese único ojo. ¿Estaré loca? Pero debía salir, y lo hago, porque en la parada del colectivo (aunque grasa ella) siempre engancho algún chabón 20 años menor que yo. Nunca llegamos a nada, pero yo me hago los ratones y a la noche la liga mi pobre querido, que solo usa sombrero con mangas en forma virtual, no real. Jamás le metería los cuernos. Pero me hago otra pregunta: ¿cuando me voy a la mañana y lo dejo en ese estado? ¿Qué hará? Mejor ni le pregunto, ya que tengo miedo que me responda:
-Uso la puñeta, mi amor.

María Marta Eliggi, Octubre, 2006

Humor 22:37:00