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sábado, 2 de mayo de 2009

denuncia en LA HAYA por GENOCIDIO


RESUMEN Esta denuncia presenta ante la Corte Penal Internacional (CPI) los crímenes más graves cometidos a lo largo de la historia de la humanidad.
Los acusados (Industria Farmaceutica y otros) son responsables de haber causado un daño grave o la muerte a millones de personas a través del «negocio con las enfermedades», crímenes de guerra y otros crímenes contra la humanidad.
Dichos delitos son competencia de la Corte Penal Internacional. Los acusados son conscientes de que serán considerados responsables de estos crímenes y, por tanto, se han embarcado en una campaña mundial para menoscabar la autoridad de la CPI, con el fin de situarse por encima del derecho internacional y continuar con sus crímenes en detrimento de toda la humanidad. Por consiguiente, la presente denuncia debe ser considerada por la CPI con la máxima celeridad. Asimismo, por la presente, se llama a todas las personas físicas y a todos los gobiernos a unirse a esta denuncia con el objetivo de acabar con estos crímenes de una vez por todas. La presente denuncia contiene: Introducción Cargos Precedente histórico de esta denuncia Pruebas de los delitos cometidos Los acusados La competencia de la Corte Penal Internacional sobre los acusados Petición final Bases de la industria farmacéutica Los acusados son responsables de la muerte de cientos de millones de personas, y aún siguen muriendo muchos de enfermedades cardiovasculares, cáncer y otras patologías, que podrían haberse prevenido y eliminado en buena medida hace mucho tiempo. Esta muerte prematura de millones de personas no es el resultado de una coincidencia ni una negligencia. Se ha organizado deliberada y sistemáticamente en beneficio de la industria farmacéutica y de sus inversores, con el único propósito de ampliar un mercado mundial de fármacos valorado en billones de dólares. El ámbito de mercado de la industria farmacéutica es el cuerpo humano, y el rendimiento del capital invertido depende de la continuación y expansión de las enfermedades. Sus beneficios dependen de la patentabilidad de los medicamentos, lo que convierte esta industria en la más rentable del planeta Tierra. Sin embargo, la prevención y erradicación de cualquier enfermedad reduce de manera drástica o elimina totalmente los mercados para los fármacos. Por consiguiente, las empresas farmacéuticas han estado poniendo obstáculos sistemáticamente a la prevención y erradicación de las enfermedades. Para cometer estos delitos, las empresas farmacéuticas se sirven de un laberinto de ejecutores y cómplices en el mundo de la ciencia, la medicina, los medios de comunicación y la política. Los gobiernos de naciones enteras son manipulados o incluso dirigidos por miembros de grupos de presión y antiguos ejecutivos de la industria farmacéutica. Durante varios decenios, se ha corrompido y abusado de la legislación de naciones enteras para fomentar este «negocio con las enfermedades», valorado en miles de billones de dólares, arriesgando así la salud y las vidas de cientos de millones de pacientes y personas inocentes. Una condición previa para el auge de la industria farmacéutica como fulgurante negocio de inversión fue la eliminación de la competencia de las terapias seguras y naturales, ya que éstas no son patentables y sus márgenes de beneficio son escasos. Además, estas terapias naturales pueden ayudar a prevenir de forma efectiva e incluso a eliminar enfermedades, debido a sus funciones esenciales en el metabolismo celular. Como resultado de la eliminación sistemática de las terapias de salud natural y del desarrollo de los sistemas de salud pública en la mayoría de los países del mundo, la industria farmacéutica ha provocado que millones de personas, y casi todas las naciones del mundo, dependan de su negocio de inversión. La industria farmacéutica ofrece «salud» a millones de pacientes, pero no distribuye los bienes. En su lugar, distribuye productos que simplemente alivian los síntomas al tiempo que mantienen la enfermedad subyacente, como condición previa para el futuro de su negocio. Estos dos tipos de delitos están directamente relacionados, puesto que se cometen en nombre e interés de los mismos grupos de inversión empresarial y de sus patrocinadores políticos. Los acusados son responsables de los crímenes más graves jamás cometidos contra toda la humanidad, y por tanto, están sujetos al principio de enjuiciamiento internacional. DELITOS COMETIDOS EN RELACIÓN CON EL NEGOCIO CON LAS ENFERMEDADES DE LA INDUSTRIA FARMACÉUTICA El crimen del genocidio Los acusados son culpables del crimen de genocidio, por lo que están sujetos a enjuiciamiento según el Artículo 6 del Estatuto de la CPI. Esto incluye, entre otros, los siguientes crímenes: Genocidio mediante matanza (Artículo 6a) Genocidio mediante lesión grave a la integridad física o mental (Artículo 6b) Genocidio mediante sometimiento intencional a condiciones de existencia que hayan de acarrear su destrucción física (Artículo 6c) Crímenes contra la humanidad Los acusados son culpables del crimen de genocidio, por lo que están sujetos a enjuiciamiento según el Artículo 7 del Estatuto de la CPI. Esto incluye, entre otros, los siguientes crímenes: Crimen contra la humanidad de asesinato (Artículo 7a) Crimen contra la humanidad de exterminio (Artículo 7b) Crimen contra la humanidad de esclavitud (Artículo 7c) Crimen contra la humanidad de encarcelación u otra privación grave de la libertad física (Artículo 7e) Crimen contra la humanidad de otros actos inhumanos (Artículo 7k) Resumen de la confirmación de los cargos presentados por los delitos relacionados con el «negocio con las enfermedades» de la industria farmacéutica 1. Los acusados mantienen intencionada y sistemáticamente enfermedades cardiovasculares como la hipertensión arterial, la insuficiencia cardiaca, las complicaciones diabéticas y otras patologías, además del cáncer, las enfermedades infecciosas como el SIDA, la osteoporosis y muchas de las afecciones más comunes hoy en día, reconocidas como evitables en buena medida por medios naturales. Los acusados han causado deliberadamente el sufrimiento innecesario y la muerte prematura de cientos de millones de personas. 2. Los acusados evitan intencionada y sistemáticamente la erradicación de las enfermedades cardiovasculares, el cáncer y otras patologías mediante la obstrucción y el bloqueo de la difusión de información sobre los beneficios de las terapias naturales no patentables, una información que podría salvar muchas vidas. Por consiguiente, los acusados han causado deliberadamente más sufrimiento innecesario y la muerte prematura de cientos de millones de personas. 3. Los acusados extienden intencionada y sistemáticamente las enfermedades existentes y crean nuevas enfermedades mediante la fabricación y comercialización de productos farmacéuticos que alivian los síntomas a corto plazo, pero tienen efectos secundarios conocidos y perjudiciales a largo plazo. Por consiguiente, los acusados han causado deliberadamente más sufrimiento innecesario y la muerte prematura de cientos de millones de personas. PRUEBAS DE GENOCIDIO Y OTROS CRÍMENES CONTRA LA HUMANIDAD COMETIDOS EN RELACIÓN CON EL NEGOCIO CON LAS ENFERMEDADES DE LA INDUSTRIA FARMACÉUTICA. Se presentan pruebas concretas que demuestran que los acusados son responsables de mantener y extender intencionadamente ciertas enfermedades, causando intencionadamente otras nuevas y extendiendo el uso de medicamentos registrados para una enfermedad a tantas como sea posible. Para conseguir estos objetivos, los acusados han diseñado, aplicado, dirigido y organizado estratégicamente un plan empresarial fraudulento a escala mundial, que, por su magnitud económica, no tiene comparación en la historia de la humanidad. 1.1. La expansión intencionada de la enfermedad Se presentan las siguientes pruebas concretas que demuestran que las enfermedades más comunes hoy en día son mantenidas y extendidas deliberadamente por los acusados, a pesar del hecho de que podrían haberse prevenido o erradicado en gran medida de forma efectiva, salvando así millones de vidas. 1.1.1. Enfermedades coronarias La causa fundamental de las enfermedades coronarias y los infartos de miocardio es un debilitamiento estructural y la disminución de las funciones de la pared arterial, que al igual que el escorbuto se desarrolla como consecuencia de deficiencias vitamínicas y de otros nutrientes esenciales a largo plazo. Sin embargo, los enfoques de la industria farmacéutica acerca de la prevención y el tratamiento de las enfermedades cardiovasculares ignoran deliberadamente esta causa y se centran más bien en el tratamiento de los síntomas, como la reducción de los niveles de colesterol en la sangre. Además de que evitan de forma intencionada curar la enfermedad para la que se comercializan, los efectos secundarios perjudiciales de estos fármacos causan nuevas enfermedades. El número de fallecidos en todo el mundo por enfermedades cardiovasculares, como consecuencia de estos crímenes deliberados de los acusados, supera los doce millones al año. 1.1.2. Hipertensión arterial La causa fundamental de la hipertensión arterial es un incremento de la tensión de la pared arterial, debido a una deficiencia de sustancias nutritivas esenciales en las células musculares lisas de la pared arterial, lo que provoca un estrechamiento del diámetro de la arteria y un aumento de la presión sanguínea. Pueden consultarse innumerables estudios clínicos que documentan los beneficios de los micronutrientes no patentables, en particular el aminoácido arginina y el magnesio. Estas sustancias nutritivas corrigen la deficiencia subyacente en millones de células de la pared vascular, relajando así las paredes de los vasos sanguíneos, aumentando su diámetro y normalizando la elevada tensión arterial. Los fármacos vendidos para el tratamiento de la hipertensión se centran intencionadamente en el tratamiento de los síntomas. Por ejemplo, los betabloqueantes reducen la frecuencia cardiaca y los diuréticos hacen lo mismo con el volumen sanguíneo. Estos fármacos evitan deliberadamente corregir los «espasmos» de las paredes de los vasos sanguíneos, que son la causa fundamental de la hipertensión arterial. De este modo, a la vez que se evita intencionadamente curar la enfermedad, estos fármacos provocan efectos secundarios perjudiciales a largo plazo, que pueden causar numerosas enfermedades nuevas, y por tanto nuevos mercados de fármacos. En todo el mundo, cientos de millones de pacientes con hipertensión arterial siguen sin encontrar cura como consecuencia directa de las acciones llevadas a cabo por los acusados, y el número de fallecidos por estas enfermedades aumenta cada día. 1.1.3. Insuficiencia cardiaca La causa fundamental de la insuficiencia cardiaca es la falta de biocatalizadores celulares, ciertas vitaminas, minerales, carnitina, coenzima Q10 y otros portadores de bioenergía en millones de células cardiacas. Esto tiene como consecuencia una disminución de la frecuencia cardiaca y una acumulación de agua en el cuerpo. Sin embargo, los enfoques de la industria farmacéutica acerca del tratamiento de la insuficiencia cardiaca pasan por alto intencionadamente este hecho y se centran en los síntomas. Los diuréticos comercializados para el tratamiento de la insuficiencia cardiaca no sólo eliminan el agua acumulada en el cuerpo, sino que también lo purgan de vitaminas, minerales y otros portadores de bioenergía hidrosolubles. De este modo, los fármacos comercializados para la insuficiencia cardiaca contribuyen, en realidad, a empeorar la enfermedad y son responsables de la corta esperanza de vida de los pacientes que la padecen, una vez que empieza a hacer efecto la medicación a base de diuréticos. A la vez que evitan intencionadamente curar la enfermedad, estos fármacos purgan el cuerpo de nutrientes esenciales, agravando así la causa subyacente de la enfermedad. En todo el mundo, más de cien millones de pacientes con insuficiencia cardiaca siguen sin encontrar cura, y acaban muriendo prematuramente como consecuencia directa de las acciones llevadas a cabo por los acusados. 1.1.4. Arritmia La causa fundamental de la arritmia es la falta de micronutrientes, vitaminas, minerales, ubiquinona y otros portadores de bioenergía en millones de células cardiacas eléctricas. Esto tiene como consecuencia una disminución de la generación o conducción de los impulsos eléctricos necesarios para la frecuencia cardiaca normal. Un reciente estudio doble ciego con placebo ha demostrado, sin lugar a dudas, que el uso terapéutico de micronutrientes es un medio efectivo, seguro y asequible para corregir el estado de salud subyacente a la arritmia. Sin embargo, los enfoques de la industria farmacéutica acerca del tratamiento de la arritmia ignoran intencionadamente este hecho y se centran, en su lugar, en los síntomas. Lo que hacen los fármacos antiarrítmicos comercializados para tratar esta enfermedad es empeorarla en muchos casos, causando la parada cardiaca y la muerte prematura de los pacientes.
Hace diez años, el autor Thomas Moore demostraba en su obra Medicina Letal que una nueva clase de fármacos antiarrítmicos en Estados Unidos había causado sola más muertes que la guerra de Vietnam en el ejército norteamericano. En todo el mundo, más de cien millones de pacientes con arritmia siguen sin encontrar cura como consecuencia directa de estas acciones llevadas a cabo por los acusados, y el número de muertos por esta enfermedad aumenta cada día. 1.1.5. Cáncer Hasta hace muy poco, el cáncer se ha considerado como una sentencia de muerte. Gracias a los últimos avances en la salud natural y la medicina celular, la situación ha cambiado radicalmente. También en lo que se refiere a esta enfermedad, hoy es obvio que los acusados han contribuido deliberadamente a descuidar y abandonar la investigación de la medicina sobre terapias no patentables en favor de fármacos ineficaces que permiten la continuación de la epidemia del cáncer: uno de sus mercados más rentables. Debido a la extraordinaria relevancia de los crímenes cometidos por los acusados en relación con la epidemia del cáncer, este apartado se presenta con más detenimiento. Es un hecho científico que todos los cánceres se extienden por el mismo mecanismo: el uso de enzimas que digieren el colágeno (colagenasas, metaloproteinasas). El uso terapéutico de aminoácido lisina natural, especialmente con otros micronutrientes no patentables, puede bloquear estas enzimas e impedir así la metástasis de las células cancerígenas. Todos los tipos de cáncer estudiados responden de esta manera a este enfoque terapéutico, incluido el cáncer de mama, de próstata, de pulmón, de piel, el fibroma, el sarcoma sinovial y otras formas de cáncer. La única razón por la que este adelanto en la medicina no ha sido investigado más en profundidad y aplicado al tratamiento de los pacientes es el hecho de que estas sustancias no son patentables, y por tanto tienen escasos márgenes de beneficio. Y lo que es aún más importante, cualquier tratamiento efectivo de cualquier enfermedad lleva, en última instancia, a su erradicación y a la destrucción de un mercado de productos farmacéuticos de miles de billones de dólares. El marketing de fármacos para los pacientes con cáncer ha sido especialmente fraudulento e intencionado. Con el pretexto de tratar el cáncer utilizando el término tapadera de «quimioterapia», se administran sustancias tóxicas a los pacientes, incluso derivados del gas mostaza. El hecho de que estos agentes tóxicos también destruyan millones de células sanas en el cuerpo se provoca intencionadamente. Conociendo este hecho, se tuvieron en cuenta deliberadamente las siguientes consecuencias: primera, el cáncer continuaría siendo una epidemia mundial, proporcionando la base económica para un negocio constante de la enfermedad valorado en miles de billones de dólares; y segunda, la aplicación sistemática de agentes tóxicos en forma de quimioterapia causaría nuevas enfermedades en los pacientes que recibieran dichas sustancias. Como consecuencia de esta estrategia, el mercado de los fármacos para el tratamiento de los graves efectos secundarios provocados por estos productos incluidas las infecciones, inflamaciones, hemorragias, deficiencias en los órganos, etc. es incluso mayor que el mercado de los propios productos utilizados en la quimioterapia. Así pues, los acusados también aplicaron su plan fraudulento organizado, en perjuicio de miles de millones de pacientes con cáncer, con un sólo propósito: su enriquecimiento financiero. 1.1.6. SIDA y otras enfermedades infecciosas Planes fraudulentos como éste se aplicaron también al tratamiento de una de las epidemias más mortales de la historia de la humanidad: el SIDA. Ya hace diez años, los estudios científicos mostraron que la vitamina C era capaz de reducir la replica del virus VIH en más de un 99%. Los acusados conocen este hecho desde hace más de un decenio. Ignorando y evitando intencionadamente este tratamiento seguro, asequible y no patentable, los acusados desarrollaron medicamentos patentables contra el SIDA, con graves efectos secundarios, y debido a sus desorbitados derechos de patentes inasequibles para la gran mayoría de las personas del planeta. Así, al aplicar su plan empresarial criminal, los acusados son culpables de arriesgar las vidas y de causar la muerte a cientos de millones de personas en África, Sudamérica, Asia y todas las demás regiones del mundo. De forma similar, han boicoteado la información de que la única medida fundamental para mejorar la inmunidad frente a las enfermedades infecciosas consiste en ingerir una cantidad óptima de vitaminas B6, B12, ácido fólico y otros nutrientes esenciales. Es un hecho científico que estos biocatalizadores del metabolismo celular aumentan la producción de leucocitos, el arma principal del cuerpo contra cualquier infección. Ocultando sistemáticamente esta información, especialmente a los cientos de millones de niños y adultos en el mundo subdesarrollado, la industria farmacéutica arriesga intencionadamente las vidas de cientos de millones de personas en estas áreas del mundo. Todos los acusados saben que casi nadie en estas zonas subdesarrolladas puede permitirse el lujo de pagar tratamientos farmacéuticos, y que por tanto, acaban muriendo. Ocultar esta información, que podría salvar tantas vidas, acerca de las alternativas naturales no patentables para prevenir y combatir las enfermedades infecciosas no solamente provoca la muerte de millones de personas, sino que también arruina las economías de muchos países subdesarrollados. Como consecuencia directa, el desequilibrio ya existente hoy en día en la economía mundial adquiere tintes dramáticos, ya que se envuelve deliberadamente a estos países en un conflicto en el que no tienen opción de ganar.
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2 comentarios:

  1. Cachu o quién seas , este artículo es mas que exelente.
    ¿Fuente ?
    kuma

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  2. un ataque de alzhaimer cachusico a MONTOTO, no finiquito el envio .donde estaba la fuente, pero si necesitas lavarte las patas o......., podria ayudarte . no tengo conflictos o prejuicios de raza .
    PARA UNA SIONISTA NO HAY NADA MEJOR QUE UN DESPREPUICIADO

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"Solo tengo dos certezas: la de la ansiedad de lo absoluto que hay en mi y la imposibilidad de volver el caos del mundo a un orden racional" Albert Camus

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