El miedo es un instinto básico de nuestro ser. Una herramienta de adaptación y de supervivencia.
Somos animales al fin y al cabo, por eso compartimos los mismos instintos con todos ellos.
La mayor diferencia entre los animales y los humanos consiste en que los primeros basan toda su existencia en esos instintos básicos. El miedo anula la capacidad de pensar ociosamente a largo plazo y analizar diferentes alternativas. El animal tiene muy reducido tiempo de pensar fuera de lo que indican sus instintos que lo mantienen con vida día tras día.
El animal salvaje vive en un estado de miedo actual casi permanente mientras que el animal domesticado posee una cierta cuota de tranquilidad que lo ayuda a pensar, a aprender y a relacionarse con la especie humana o con otras especies.
En el mundo animal, el miedo se corresponde con peligros reales. El miedo tiene la dimensión justa acorde a los peligros que debe enfrentar. El animal no sobredimensiona los peligros y su miedo le sirve para permanecer con vida el suficiente tiempo como para procrear y garantizar la permanencia de su especie.
El humano es diferente: ha logrado en toda su evolución reducir a su mínima expresión ese miedo a los peligros de su medio ambiente. Ha creado un ambiente distinto: la civilización en donde los miedos pasaron a ser otros, diametralmente distintos a aquellos que tienen los animales. Esa reducción del miedo le dio tiempo a pensar a largo plazo, a descubrir el mundo desde diferentes puntos de vista.
Mientras los animales sienten miedo ante peligros reales concretos a muy corto plazo; el humano comenzó a sentir miedo por supuestos peligros a muy largo plazo. Y en ese largo plazo, los peligros pueden hasta no ser reales y encima sobredimensionados.
La ansiedad se trata precisamente de ese miedo a peligros reales o irreales que se quieren prever a largo plazo. En la espera a que ocurran los hechos reales, el miedo crece y termina sobredimensionado. Nos hemos perdido en un pensamiento ocioso que muchas veces no se condice con los hechos reales por un desconocimiento de la realidad.
La ansiedad nos termina llevando a un nivel inferior al del animal: no podemos pensar en nada mas que en ese peligro que ni siquiera está ante nuestros ojos, no tenemos donde correr o escondernos de ese peligro, solo tenemos un permanente miedo a la nada misma, a algo que todavía no ha pasado y hasta quizás nunca pase. Nos convertimos en esclavos del miedo que nos generan nuestros propios pensamientos sobre algo que no esta pasando en este instante.
Nuestro cerebro humanizado, racional, pensante y evolucionado nos juega una mala pasada pero también es una advertencia que no estamos siendo realistas.
Los miedos siempre estan,abrazo
ResponderEliminarHola Bifecito,tanto tiempo!!!!!!!,los miedos son los que nos hacen humanos,la persona que dice o que cree que no los los tiene, es persona de temer!!!!!!!,porque creo yo no puede ni quiere conectarse con sus emociones.
ResponderEliminarLos miedos son los que nos hacen más fuertes y más "humanos".
Besos.
Ambar...