"Bruyeres" - Claude Debussy

"Bruyeres" es uno de los 24 preludios para piano compuesto por Claude Debussy entre 1909 y 1913. Este preludio en especial fue compuesto entre 1911 y 1913.
Los Preludios son la obra cumbre de la Música Impresionista.

Claude Debussy nació el 22 de Agosto de 1862 en St. Germain, Laye (Francia) y murió el 25 de Marzo de 1918. Estudió junto a Guiraud y otros conocidos compositores en el Conservatorio de París (1872-84) y al ganar un premio fue a estudiar a Roma (1885-7), sin embargo las influencias más significativas surgieron de sus visitas a Beirut (1888-1889) y de escuchar música javanesa en París (1889).

La influencia de Wagner es evidente en las cantatas La damoiselle elue (1888) y el Cinq (ambos, poemas de Baudelaire) (1889), pero otras canciones del período, notablemente los escenarios de Verlaine son de un estilo más caprichoso, por ser parte del Cuarteto Franckian en Sol menor (1893).

En ese trabajo utilizó no sólo el método Phryguian sino que también empleó otros menos habituales, notablemente el de tono-entero, para crear una armonía influenciada por el trabajo de escritores contemporáneos: Mallarme en el preludio orquestal “L’apres-midi d’un faune”(1894) y Maeterlinck en la ópera “Pelleas et Melisande”, escrita en el período que va desde 1893 a 1895 y, sin embargo, finalizada en 1902. Estos trabajos introdujeron la fluidez del ritmo e innovaciones en el color, que hasta ahora no habían sido implementados en la música del oeste. Sus trabajos orquestales incluyen: los tres Nocturnos (1899), estudios característicos de la armonía y la textura (“Nuages”), exuberantes “Fetes” y tonos seductores (“Sirenes”). La mer (1905) presenta una forma más sinfónica, con un final que emplea temas del primer movimiento, mientras que la pieza central (Jeux de vagues) avanza más lentamente y con menos variabilidad del color.

Las tres Images (1912) están más vagamente relacionadas, y la mayor, “Iberia”, es en sí misma una tríptica con mezcla de particularidades españolas. Finalmente, el ballet Jeux (1913) contiene algunas de las texturas y armonías más extrañas de Debussy, de tal forma que se mueven libremente sobre su propio campo de conexión. Otros trabajos más tardíos, incluidos los ballets: Khamma (1912) y La boite a joujoux (1913), y el misterioso juego Le martyre de St. Sebastián (1911), no fueron llevados a escena por Claude, en su totalidad, sino que las presentó como simples piezas para piano.

La música para piano más destacada comienza con trabajos al estilo de Verlaine, haciendo una retrospectiva en la que combina la corriente artística del rococó junto con un moderno cinismo, (por ej: Suite bergamasque, 1980; Pour le piano, 1901). Pero luego, al igual que en las piezas orquestales, Debussy comienza a asociar su música con impresiones visuales del Este, sobre todo paisajes de España, a las cuales agrupó en 6 sets de piezas cortas.

Su último volumen de Etudes (1915) se caracteriza por presentar una variedad similar en estilo y textura, puramente como ejercicios para piano, además incluye piezas que desarrollan formas irregulares. Es el caso de los trabajos que compuso bajo la influencia del joven Stravinsky (se evidencia notablemente en la suite En blanc et noir para dos pianos, 1915). Esta particularidad es la principal característica del último set de canciones, los poemas Trois (de Mallarme-1913) y de la Sonata para flauta, viola y arpa (1915), tanto la sonata como su acompañamiento recapturan el clasicismo Verlainian. La composición de este set fue interrumpida por la muerte del compositor, causada por cáncer intestinal.

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