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viernes, 31 de julio de 2009

El cambio climático, un miedo que paraliza

Yo veo un mundo en el futuro en el que entendamos la relación entre todas las formas de vida y tratemos esa vida con gran humildad y respeto. Es hora de renacer, de iniciar una nueva vida, porque como individuo puedo hacer algo que va a ser histórico, en realidad, nada menos que cambiar el mundo.

El tremendismo, esa seña característica de nuestro carácter, nos esta impidiendo realizar una aproximación serena a la cuestión del cambio climático, un problema que, aunque perfectamente serio, no tiene por qué anunciar ni mucho menos el fin del mundo.

El miedo es paralizante, y lo que nos puede llevar a la catástrofe no es tanto el fenómeno del cambio climático en sí como esa reacción atávica de pavor que da lugar a una actitud pasiva, a un esto no me está pasando a mí. Lo que toca ahora es asumir que nos va a pasar, que nos está pasando, asumir la situación, atender al consejo de los científicos y ejercer una ciudadanía ambientalmente más responsable.

Esa es la primera enseñanza que debemos adquirir a la hora de afrontar este serio problema ambiental.

La segunda es que usted, yo y el conjunto de la sociedad tenemos las herramientas más eficaces para debilitarlo.

Todas las previsiones de los expertos, desde las hipótesis más optimistas hasta los modelos más apocalípticos, incluyen una variable que modifica los pronósticos. Esa x imposible de despejar es la reacción ciudadana. El problema no es un problema del Calentamiento Global o de los desechos, todas estas cuestiones son síntomas del problema. El problema es el modo en que pensamos, es fundamentalmente un problema cultural.

¿Donde estamos ahora, como civilización? El consumismo es la principal ideología hasta la democracia del consumo. La democracia del consumo en el sentido de que cada régimen, ya sea el régimen Chino, el de los Estados Unidos o el de mi país tienen que dar a las personas lo que quieren, cuando lo quieren, o sea ahora, YA.

Debemos cambiar el objeto del deseo a fin de llegar a la raíz del problema, cambiar el concepto detrás de la expansión ilimitada. Resumiendo…. de aspirar cada día a tener más a aspirar a vivir cada día mejor. Es una transformación cultural.

Eric Hoffer decía: "No se puede tener suficiente de lo que realmente no se desea",eso significa que nos precipitamos, con una necesidad permanente, pero la pérdida, la sensación de pérdida es que no sabemos que hemos perdido. Lo que hemos perdido es la belleza del mundo y lo compensamos tratando de conquistar al mundo, de adquirirlo, de poseerlo.

Podemos ver desde el espacio cómo la raza humana ha cambiado a La Tierra, algunas personas sugieren que para tener una vida sustentable debemos salir al bosque y vestir pieles de animales y vivir de raíces.

Y la simple realidad es que existe la tecnología. La interrogante es ¿Cómo utilizar nuestro concepto de ciencia y nuestro concepto de tecnología , con nuestro concepto de cultura y de cómo cambiar la cultura para crear una cultura que interactúe con la ciencia y con el mundo que nos rodea en una forma sustentable.

¿ Que se necesita para que la humanidad cambie sus hábitos ?. Me siento muy alentado por la afirmación de Deepak Chopra, de que las personas están haciendo lo más que pueden considerando su nivel de conocimiento. Pienso que para ganar la batalla que modifique la mente y el corazón de las personas, habrá que mejorar sus niveles de conciencia (Educación). Siempre superándolos.

Lo esencial sobre el dilema que enfrentamos, es que debemos reconsiderar cada cosa que hacemos y hay dos formas de enfrentarlo ¡Ah por Dios, es una carga enorme!, y la otra forma de interpretarlo es decir: "Es un gran momento para nacer. Es un gran momento para estar vivo".

Con frecuencia las personas me preguntan ¿que puedo hacer?. "Quiero hacer algo" bien, ya han hecho la primera elección al decir eso, porque la primera elección es que deben hacer algo. El resto es cuestión de buscar en su propio corazón y en su alma para entender cuáles son sus dones, donde están sus pasiones. Investigar y educarse para encontrar las personas con quienes se sientan cómodos y entonces involucrarse.

Hay dos cosas que tal vez puedan salvar al mundo. Una podría ser el dominio de la bondad hacia nosotros mismos y un gran corazón. Y la otra sería entender la pasión por el lugar, por el sitio donde viven y amar realmente el lugar donde viven.

El amor es lo que nos hace real y totalmente humanos.


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4 comentarios:

  1. ALVARITO, LO QUE PROPONES ME GUSTA ,PERO ES ENGORROSO
    ME VINE CAPACITANDO, PARA CAMBIAR YO.Y YA EN ESE CAMBIO DE HACERME MAS VIEJO,DESCUBRI AMORES Y MARGINACIONES .NI PUEDO DECIR ME FUMARE UN PUCHO, PORQUE ES UNO DE MIS CAMBIOS MAS GRANDES DE NO TENER APEGOS , SEGUIRE EN MI CAMBIO DENTRO DE MI ENTORNO .LO APRENDI DE UNA MADRE , ELLA SE CAPACITO PARA TENER LA CRIATURA DENTRO DE SU VIENTRE, NO EN VIENTRE AJENO

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  2. Alvaro, que bueno que subiste un post, se extrañaban tus notas.

    Estoy de acuerdo con el cambio de pensamiento o del objeto de pensamiento. Y tambien totalmente de acuerdo con Deepak en cuanto a los niveles de conciencia.
    Quienes no comprenden es que todavia no han llegado niveles superiores pero cada uno hace lo que puede dentro de sus nivel de conocimiento.

    Un saludo grandote.
    Dani.

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  3. Cachu Daniela
    El desafío ambiental supone un reto a los valores de la sociedad contemporánea, ya que sustentan las decisiones humanas, conformando la raíz de la crisis ambiental.

    La educación, formal e informal es la clave para formar personas con conciencia, actitudes y competencia para contribuir a un desarrollo sostenible.

    Educar a toda una sociedad (en cuanto a conciencia ambiental), no significa impartir solamente conocimiento especializado, sino insistir en los valores, porque este cambio de conducta y hábitos ha de ser ejercido con responsabilidad social. Enterarse de lo que pasa, no es lo mismo que comprenderlo. Las herramientas con que cuentan los ciudadanos comunes para hacer valer sus derechos ambientales adolecen, con mucha frecuencia, de una información insuficiente e inadecuada que ha llevado al fracaso a actuaciones éticamente bien orientadas. La gente espera soluciones, pero es parte del problema. El compromiso de cambiar los hábitos debe ser establecido en cada familia, (apoyándose en un programa de educación informal de concientización urbana que apunte al mejoramiento de las relaciones comunitarias), si no, serán cambios muy difíciles de sostener, por más programa de educación ambiental o ley que la respalde.
    Debemos aprender que, como individuos, no somos islas, que cualquier acción mía debe estar regida por una ética que considere mis vínculos con los demás y con el mundo. Dos aspectos son fundamentales para esta nueva ubicación del hombre ante el mundo: comprender esta integración como imprescindible y la responsabilidad que tenemos si queremos dejar un mundo habitable a quienes nos sucedan.
    El desarrollo humano sostenible, como único modelo de desarrollo posible, plantea un reto de dimensiones todavía difícilmente imaginables para quienes se forman hoy o se formarán mañana, protagonistas del cambio de modelo al que asistiremos durante el siglo XXI. Lo que realmente importa es evitar que esos estudiantes sean en el futuro perpetuadores de un modelo agotado. Su formación tiene que hacerlos capaces de encontrar su lugar en la inevitable transición.
    La consideración del medio ambiente por todos los programas y currícula educativos es uno de los principales métodos y objetivos para concienciar a las futuras generaciones de la importancia de sus actitudes, tanto en la vida personal como en la vida de relación. En este contexto, la educación urbana ambiental tiene un importante papel que jugar a la hora de afrontar este desafío, promoviendo un "aprendizaje innovador" caracterizado por la anticipación y la participación comunitaria que permita no sólo comprender, sino también implicarse en aquello que debemos aprender: reparar los errores pasados y prevenir los futuros..

    Un abrazo
    Alvaro

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  4. Muy buena nota...los patrones dominantes de producción y consumo están causando devastación ambiental, agotamiento de recursos y una extinción masiva de especies. Las comunidades están siendo destruidas.Así es como los beneficios del desarrollo no se comparten equitativamente y la brecha entre ricos y pobres se está ensanchando. Esto implica que la injusticia, la pobreza, la ignorancia y los conflictos violentos se manifiestan por doquier y son la causa de grandes sufrimientos.Por otro lado el aumento sin precedentes de la población humana ha sobrecargado los sistemas ecológicos y sociales. Los fundamentos de la seguridad global están siendo amenazados.Y así estas tendencias son peligrosas, pero no inevitables.
    Debemos darnos cuenta de que, una vez satisfechas las necesidades básicas, el desarrollo humano se refiere primordialmente a ser más, no a tener más.Estoy de acuerdo con vos el proceso requerirá un cambio de mentalidad y de corazón; requiere también de un nuevo sentido de interdependencia global y responsabilidad universal. Debemos desarrollar y aplicar imaginativamente la visión de un modo de vida sostenible a nivel local, nacional, regional y global. Nuestra diversidad cultural es una herencia preciosa y las diferentes culturas encontrarán sus propias formas para concretar lo establecido. Debemos por ejemplo que profundizar y ampliar el diálogo global que generó la Carta de la Tierra, puesto que tenemos mucho que aprender en la búsqueda colaboradora de la verdad y la sabiduría.
    Los niños son los más interesados en esta problemática y eso es grandioso, los moviliza mucho el tema y aman a su casa grande.
    Un abrazo
    grafu

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"Solo tengo dos certezas: la de la ansiedad de lo absoluto que hay en mi y la imposibilidad de volver el caos del mundo a un orden racional" Albert Camus

Item Reviewed: El cambio climático, un miedo que paraliza Rating: 5 Reviewed By: Alvaro Leiva