La partidita de poker

Hoy les traigo una historia de un misterioso y gran escritor: un tal "erre"... 
Espero que les guste tanto como a mí.


La partidita de poker

Por erre.-

Perritos jugando al poker.

Aquel era el mejor instante de la semana, el jueves sobre las cuatro de la tarde. Era cuando me acicalaba para irme, como era mi costumbre desde hacía varios años, a jugar a las cartas a casa de un amigo. Suelo jugar al poker español on line desde casa, pero aquellas salidas de los jueves eran sagradas para mí.

Así, como siempre, me introduje en el cuarto de aseo, cerré la puerta sin pestillo y conecté con el primer noticiario de la tarde en mi viejo transistor de pilas. A continuación llené el lavabo con agua tibia e inicié los trámites habituales para afeitarme sin más.

Cuando estaba casi terminando el rasurado, como no, me hice un pequeño e inoportuno corte en la patilla…nada grave…tomé algodón y un poco de alcohol y desinfecté sin mayor problema…fue cuando me senté en la taza del water y encendí aquel maldito cigarrillo.

Tras encenderlo, tiré la cerilla aun fogueando por entre las piernas, confiado, en la propia taza. Repentinamente, prendió el algodón impregnado aún en alcohol que había tirado hacía sólo unos segundos a la misma taza. Aquello me hizo dar un bote, con lo cual me dí en toda la cabeza con el pico de un mueble-espejo que había justo donde nunca debió de estar.

Medio mareado, pude salir del cuarto de aseo para avisar a una vecina, la cual, al contarle lo que me había pasado y sin poder conrtener la risa, llamó a una ambulancia.

Cuando ya los camilleros me bajaban del tercer piso donde vivo, con una buena brecha en la cabeza y mis intimidades ampliamente doloridas por la quemazón, me preguntaron que me había ocurrido, lo habitual y humanitario…de la risa que les entró, perdieron sus fuerzas, dejándome caer escaleras abajo.

Tres meses estuve escayolado de pies a cabeza por culpa de querer llegar antes que nadie a aquella partida. A pesar de todo, sigo practicando el mejor poker on line cómodamente desde casa y todavía algunos jueves sigo yendo a la casa de un amigo a jugar a cartas…aunque ahora me halla dejado las barbas.

Chau,

Besos.

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