Las riendas tirantes al pecho, frenando
mi voz. La cara entera blanqueada
y en la mejilla una lagrima negra pintada,
lamento inmóvil de un corazón galopando
en silencio, mudo y en calma.
Las malas ya no duelen ni las buenas
tienen el mismo sabor. Oculta en las venas
viaja esta tinta gris, sudores de alma
en pena. La garganta desgarrada
de tantas palabras. Voluntaria disfonía,
celibato de explicaciones, es esta sinfonía
de silencio inmenso y cabeza agachada.
Melodía de cansancio y resignación,
de corazón impermeable, encallecido
por los embates del dolor sufrido.
Blanquea las arrugas, maquilla con desazón
su antiguo rostro sepultado
por los escombros del maquillaje.
Fantasma caminante, viaje
al gris de un poeta cansado,
al ayer de quien se ha enamorado,
y ha lanzado versos que buscan hacer
nido en los calidos oídos de esa mujer.
La dama que por costumbre no ha valorado
los poemas de este loco. Mimos,
son caricias, pequeñas trasfusiones
de amor. Tinta de algunas infusiones
de silencio y dolor son la sangre de estos mimos.
Con la cara blanqueada y una lágrima
pintada, camino solo, ajeno a la alegría.
Pregonando la triste y noble filosofía
del mimo, de hacer y sin decir con rima.
Kantauri…
mi voz. La cara entera blanqueada
y en la mejilla una lagrima negra pintada,
lamento inmóvil de un corazón galopando
en silencio, mudo y en calma.
Las malas ya no duelen ni las buenas
tienen el mismo sabor. Oculta en las venas
viaja esta tinta gris, sudores de alma
en pena. La garganta desgarrada
de tantas palabras. Voluntaria disfonía,
celibato de explicaciones, es esta sinfonía
de silencio inmenso y cabeza agachada.
Melodía de cansancio y resignación,
de corazón impermeable, encallecido
por los embates del dolor sufrido.
Blanquea las arrugas, maquilla con desazón
su antiguo rostro sepultado
por los escombros del maquillaje.
Fantasma caminante, viaje
al gris de un poeta cansado,
al ayer de quien se ha enamorado,
y ha lanzado versos que buscan hacer
nido en los calidos oídos de esa mujer.
La dama que por costumbre no ha valorado
los poemas de este loco. Mimos,
son caricias, pequeñas trasfusiones
de amor. Tinta de algunas infusiones
de silencio y dolor son la sangre de estos mimos.
Con la cara blanqueada y una lágrima
pintada, camino solo, ajeno a la alegría.
Pregonando la triste y noble filosofía
del mimo, de hacer y sin decir con rima.
Kantauri…
Kantauri,es de los poemas que mas me ha gustado...pienso que todos somos mimos, con una lagrima pintada,continuando una obra teatral, de quien no sabemos el autor, cariños
ResponderEliminarKanta, es el poema tuyo que más me gustó. Es hermosísimo.
ResponderEliminarUn homenaje a esos poetas huérfanos de cálidos oídos...
Un beso, Alita