Atesoro cosas que a nadie importan,
saboreo los pinos de olor
de algún taxi, escondo con pudor
estas líneas de los que miran
de reojo mientras las garabateo.
Moldeo a mano miga de medialuna
sobre la mesa del bar. Desayuna
con caña y cigarro, el viejo Mateo.
Olor a caña y medialunas,
en esta mañana de bar,
unos juntan monedas para tomar
y otros hablan de fortunas.
Conviven en esta acuarela,
Ámbito Financiero e imanes
de heladera. Caimanes
de bolsillo y mortadela
de unicornio. Unos cumplidos
gastados cortesías de inmaduros
van saltando los muros
buscando escotes indebidos.
Por las noches margarita
dice llamarse Margot,
y otro Brindis por Pierrot
propone el triste mascarita.
Ruinas de un templo olvidado,
decoran latas de galletitas,
escrito con manuscrita
reluce el nombre pegado
debajo del reloj de la entrada.
Alquimia de llantos, pasión
de redoblante y bandoneón,
murga, tango y madrugada.
El tibio sol acaricia boulevard.
Rumor de ventana abierta
y anaranjada despierta
la puerta del triste bar.
Somos varios desdichados,
y cada cual con sus roles,
pero todos girasoles,
mirando hacia el mismo lado.
Kantauri...
saboreo los pinos de olor
de algún taxi, escondo con pudor
estas líneas de los que miran
de reojo mientras las garabateo.
Moldeo a mano miga de medialuna
sobre la mesa del bar. Desayuna
con caña y cigarro, el viejo Mateo.
Olor a caña y medialunas,
en esta mañana de bar,
unos juntan monedas para tomar
y otros hablan de fortunas.
Conviven en esta acuarela,
Ámbito Financiero e imanes
de heladera. Caimanes
de bolsillo y mortadela
de unicornio. Unos cumplidos
gastados cortesías de inmaduros
van saltando los muros
buscando escotes indebidos.
Por las noches margarita
dice llamarse Margot,
y otro Brindis por Pierrot
propone el triste mascarita.
Ruinas de un templo olvidado,
decoran latas de galletitas,
escrito con manuscrita
reluce el nombre pegado
debajo del reloj de la entrada.
Alquimia de llantos, pasión
de redoblante y bandoneón,
murga, tango y madrugada.
El tibio sol acaricia boulevard.
Rumor de ventana abierta
y anaranjada despierta
la puerta del triste bar.
Somos varios desdichados,
y cada cual con sus roles,
pero todos girasoles,
mirando hacia el mismo lado.
Kantauri...
Kanta como siempre un capo...
ResponderEliminarGracias un abrazo
Es hermoso Kantauri. Todo parece ser que lo tomás al azar; lugares, cosas, olores... Pero no importa por que está amalgamado en vos en ese momento. En ese sentimiento ¿Circunstancial? Todo parece tener cierta comunión como "la de los varios desdichados en la figura del girasol".
ResponderEliminarTe felicito. Creo que junto a Djuna son un lujo del romanticismo.