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miércoles, 21 de enero de 2009

Carnavales de los setenta



Promediaba la decada del setenta, plena adolescencia , verano, época de carnavales, como todos los años no nos perdiamos ni un solo baile , tarde de sábado, la parada obligada por esos tiempos el kiosco del papá de Omar, ubicado en la localidad de Victoria ,en la zona norte del Gran Bs As, el turco, bocha, Carlitos, Jorge, el chileno y un par mas que ya ni recuerdo sus nombres, formabamos la barrita del barrio.
Conclave importantisimo para discutir el rumbo a tomar esa noche, a que baile ir,demas esta decir que ponerse de acuerdo era una tarea titánica.
Estaban por un lado los cultores del Centro Lucense, con sus ocho pistas de baile, los adoradores del Club Comunicaciones, los fanas del club YPF, etc, etc.
De repente un iluminado tira como al descuido----hoy hay una joda grande en un club de Benavidez, va a estar bueno, pero que hay que ir disfrazado---
La mirada de cada uno de nosotros tomó un color diferente, pense que lo mataban, pero nó, todos empezaron a festejar y a dar chillidos de alegria, en ese momento senti un extraño presentimiento de que nada bueno iba a ocurrir.
Comenzaba ahora la tarea mas complicada, armar cada uno su disfraz, no teniamos los medios economicos como para alquilarlos ya confeccionados, yo no era de la idea, pero, siempre hay un pero.
El unico de la barra que tenia una hermana mujer era yo, mayor , seis años mas, ella pasaba los veinte, asi que podran suponer cual seria mi disfraz, ovbiamente de mujer!!!!
Eso era digno de ver, mas de 1,80 de altura con un vestidito floreado que en mi cuerpo quedaba como una minifalda dejando ver parte de mi anatomia trasera al caminar, peluca ensortijada color negra, ojos maquillados y pestañas postizas, labios pintados de rojo fuego, y en los pies unas pantuflas de mi viejo, se puden imaginar que zapatos taco aguja numero 44 en esa época no existian.
Cuando me mire al espejo, casi me da un infarto, era una mascarita digna de los carnavales, una bataclana cascoteada por la vida, horrible, lo mas antinatural que se puedan imaginar.
Suena la bocina del transporte que nos iba a depositar en el baile, ya era hora de partir, cuando abro la puerta de casa lo que vi alli parado no lo podia creer, no esperaba la carroza de la cenicienta, pero tampoco un camión marca Bedford de los años 60, con una caja playa en la cual ya estaban las arpias de mis compañeros metiendo bulla, y que al verme disfrazado de” mujer”se rieron al unisono en una carcajada estrepitosa.
Ya estaba jugado, no habia vuelta atrás, un tal Tito manejaba el camión, era el dueño del mismo, llevaba frutas de las quintas de los alrededores de la zona al Mercado de Verduras que habia en el Canal San Fernando.Estaba primorosamente vestido de cocoliche, ¿? O sea que nada, era una menesunda de trapos de distintios colores sin sentido,y adminículos varios, mis amigos, alguno de indio, otro de cow boy, ese era Omar, creo, se parecia al hijo gordo del de Bonanza, en lo fisico y en lo bobo, los demas no recuerdo.
Subir a la caja del camión fue como escalar el Everest en ojotas, imposible, sobre todo con el vestidito/mini que llevaba puesto, lo subi hasta por debajo de los brazos y upalala, pude subir, con ayuda de los de arriba que seguian matandose de risa y mas cuando vieron que llevaba puesto un slip con florcitas haciendo juego con el vestido.
Acomodados en la caja de la limusina verdulera, emprendimos la marcha.
A medida que avanzabamos por la avenida rumbo al baile de marras, de los coches me gritaban de todo menos lindo/a, “mamita veni que te enderezo las piernas…… “bebota no queres .jugar al carnaval con este pomo”….. etc, etc ,etc, yo con una sonrisa forzada los mandaba a la c….de …su …….ma…. ¡!!!!hi….. de… p…..ta y otras cosas por el estilo, que una dama no debe decir en voz alta.
Tito , el chofer, acostumbrado a llevar cajones de verdura, no tomaba muchas precauciones cuando pasaba las cunetas, y nos hacia rebotar en la caja del camión, como zapallos,a esta altura debo decirles que Tito era amigo de Jorge, el infeliz que tiro la idea del baile de disfraces.
Ya en la ruta, ultima curva, y las luces del boliche que aparecen a lo lejos, en la negrura de la noche, brillaba como un arbolito de navidad.
Que boliche ni boliche, eso era lo mas parecido a un simple galpón de chapa, va, era un galpón de chapa, lamparitas de colores y banderines de plastico, en la entrada, indicaban que ahí era el baile,….. y el comienzo de mi calvario.
Nos juntamos todos en la puerta del supuesto club / boliche / galpón, habia que sacar las entradas,vamos arrimandonos de a uno a la supuesta ventanilla de venta de boletos, improvisada con cuatro cajones de verdura y un toldo, dame una caballeros, le pido al vendedor---pase ,pase , las damas no pagan…., creo que el pobre tipo, realmente se debe de haber asustado mucho con mi cara,…tomá flaco son 5 pesos.

Ya dentro del galpón, rumbeamos todos para la barra, bueno, barra una forma de decir
Cuatro caballetes altos con dos tablones uno al lado del otro oficiaba de la misma, nos pedimos algo para tomar, y, a empezar la joda.
Mi dios para que habré venido!!!, el chileno haciendose el langa me saca a bailar, ….vamos huevón, vamos ..vamos, y alla fuimos, sonaba un rock nacional, no me acuerdo el tema, dale que dale, baila que baila, el chileno me deja solo en el medio de la pista y se me pega un borracho, me agarra de la cintura y empieza a sarandearme, mientras me va diciendo cosas obsenas. Nosotros eramos muchachos, pero ese era un tipo grande…

El problema se presentó cuando el borracho, metio mano en un lugar indebido, para qué…le digo ---que haces bolu…porque no le metes la mano a la co… de tu ma..... no llegue a terminar la frase, de una trompada me lo saqué de encima, el pobre tipo, con el pedo que tenia se desparramo en el piso y quedó como gorda que se saca el corset.
Mis amigos al ver esto se arrimarón a donde yo estaba, tambien los del borracho, que eran todos los que estaban en el baile, como doscientos monos la mayoria, tomados, el cabrón era el dueño del local.
Tito al ver como se iba armando el despelote salio antes, para poner en marcha la limusina-camión-verdulero y asi poder rajar mas rápido.Nunca corri tan rapido en chancletas como aquella vez
Lo último que recuerdo, cuando ya estabamos en camino saliendo de donde estabamos estacionados , era la lluvia de piedras golpeando en el techo de la cabina del camión.
Tengo muy gratos recuerdos de aquellos bailes de carnaval de mi juventud.
Todavia me quedan un par de amigos de esa época…

Y la peluca…

MAD51
Enero 2009
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2 comentarios:

  1. Hola Mad.........buen día!!!!!muy pero muy completo tu informe del baile...mas lindo de tu vida!!!!!jajajajajaaaaa......me gustó las cosas que te gritaban.........jajajaja.....
    sos un hombre muy gracioso......y tenes una capacidad muy descriptiva para escribir.....
    Que tengas el mejor día......
    Besos.
    Ambar...

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  2. jaja Ya había leido tu relato en Igooh, Mad. Pero volví a hacerlo por que se asemeja mucho a los carnavales que yo disfrutaba en el otro extremo, la zona sur...Muy bien contado. Abrazo.
    flipi.

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"Solo tengo dos certezas: la de la ansiedad de lo absoluto que hay en mi y la imposibilidad de volver el caos del mundo a un orden racional" Albert Camus

Item Reviewed: Carnavales de los setenta Rating: 5 Reviewed By: Miguel Angel "MAD"