Recuerdos

La tarde se desperezó en medio de un cielo gris, tras el ventanal las gotas de lluvia se deslizan como lágrimas llamando a la melancolía, acentuando la soledad, atormentando el silencio de esta oficina vacía. Un relámpago ilumina la penumbra de forma estrepitosa, tras él, el trueno del recuerdo me envuelve con sus paisajes de antaño.
Miro su foto anhelando sus besos como nunca antes, extraño sus abrazos tibios de ayer mientras me dejo inquietar imaginando su cuerpo en otra mujer, ¿qué sucedió, dónde cupo el error imperceptible y fatal que me llevó a perderlo?, no tengo respuestas, las he buscado día tras día pero aún no consigo un atisbo de ellas, una ínfima señal que me lleve a comprender ese arrebatado adiós.
Me niego a extrañarlo pero aún así es mas fuerte que yo, si mañana volviese ¿cómo sería el sentir?, me respondo con forzado pesimismo: parecido pero falto de esencia, cálido pero con ese frío dolor inolvidable que me llevará a recordarle su actitud inevitablemente. La vorágine de mi angustia me susurra: nada es igual... nada, nada.
El viento forcejea en la puerta, lentamente se asoman los duendes de la noche, ya la lluvia es furia que arremete colérica contra los cristales, huele a tierra mojada, a ausencia de aliento – el suyo – cada trueno retumba en mí como su voz dictando mi sentencia, y esta boca urgida, esta alma enferma, contienen el llanto, absurdo orgullo que oprime mi ya yerto corazón.
Debo partir aunque sea sin luna, necesito lavar mi dolor, flagelar mi insensatez de olvido, caminar sin su imagen invadiendo mi mente... y la primera gota lacera mi rostro, debo continuar, sé que es un largo camino, pero la lluvia tan sólo ha llegado aún hasta mi pecho.

anhir-Verano 2003

Literatura 14:33:00