Hablo del primer instinto
cuando vi por vez primera
la luz. Cuando, efusiva, la partera
me arranco de mi recinto.
Llorar, y no de emoción,
buscar el momento
y dar lugar a ese sentimiento
lamento del corazón.
Desapercibido, como la lagrima de un pez,
se oculta el llanto, como inmigrante
Ilegal, y viaja de polizonte.
Recuerdo alguna vez,
bajo la lluvia, haber llorado
para ocultar mis lágrimas,
saladas, tibias e ínfimas
gotas que caen en el empedrado.
Los hombres no han de llorar
cualquiera sea el motivo,
pero consejos no sigo
y aunque me tenga que embriagar,
esta pena he de olvidar.
Con cada sorbo de olvido
se nublara así el motivo
por el que vengo a llorar.
Y mañana al despertar
aunque la pena regrese
cueste lo que cueste y pese
lo que pese, la volveré a perdonar.
Bien Kantauri,como siempre,veo que sus palabras reflejan sus emociones y sus sentimientos y eso,desde ya ,es invalorable y no tiene precio.
ResponderEliminarNo tiene precio que usd.lo comparta con nosotros,porque nos proporciona mucha satisfaccion al leerlo,un abrazo,aguila59